Aeronavegación y recalentamiento global
El think tank International Council on Clean Transportation advierte que se necesitan respuestas “rápidas, agresivas y sostenidas” de parte de los gobiernos y de las compañías.
El ICCT publicó un estudio en el cual estima que las emisiones de la aeronavegación comercial deben empezar a decaer antes de 2025 para alcanzar las metas del Acuerdo de París de 2015. Los países deben adoptar las políticas públicas necesarias para que la descarbonización del sector aéreo sea sustentable y alcanzable; y sea al mismo tiempo compatible con los objetivos de limitación de los daños al clima mundial.
El organismo advierte que si nada está hecho, las compañías emitirán 48,6 gigatoneladas de CO₂ entre 2020 y 2050; lo que participaría en un recalentamiento global superior al máximo de 2 °C de la COP21. Lo ideal sería limitar las emisiones para entrar en un marco de subida de temperaturas de 1,5 °C.
Para lograrlo hay que frenar el crecimiento del tráfico aéreo, lanzar operaciones de captura de carbono en la atmosfera o bien desarrollar combustibles y motorizaciones más amigables con el medio ambiente, como los SAF. El ICCT demostró en sus proyecciones que si se impulsa el desarrollo masivo de combustibles sustentables, las emisiones del transporte aéreo mundial podrían ser reducidas a 22,5 gigatoneladas entre 2020 y 2050. Sería menos de la mitad de lo estimado y sería compatible con una meta de recalentamiento de “solo” 1,75 °C.
El ICCT advierte que es imprescindible que los gobiernos incentiven inversiones masivas en máquinas, combustibles y tecnologías sustentables y tengan como meta un transporte Cero Emisiones. Al mismo tiempo, las compañías miembro de la IATA también se fijaron como objetivo alcanzar el mismo objetivo para el año 2050 y apuestan sobre todo a los SAF (para lograr un 65 % de la reducción de sus emisiones), una mejor eficiencia operacional y sistemas de compensaciones de sus emisiones. El costo estimado por la IATA para alcanzarlo será de US$ 1.550 mil millones a lo largo de las tres próximas décadas. Gracias a esta sideral inversión, no planean reducir el tráfico ni limitar el crecimiento de las empresas; que esperan transportar a diez mil millones de pasajeros en 2050 (fueron 4,5 mil millones en 2019).
