Biblos celebra 45 años de lujo y servicio de calidad
La empresa cumplirá ese simbólico aniversario el 2 de noviembre. Lo celebra con una importante mutación tecnológica, sin dejar de brindar la diferencia cualitativa para clientes que hizo su fuerza a lo largo de su historia.
Biblos, una marca tradicional que identifica al lujo entre las agencias de viaje, cumple 45 años. Conversamos para la ocasión con Sergio Durante, alma mater de la agencia y testigo de décadas de transformación y avances en el sector.
¿Cómo fueron los 45 años de desarrollo y crecimiento de la empresa?
La agencia se inició en 1977 creada originalmente por quien fue mi socio, el señor Miguel Novara, y en 1986 me incorporé yo como socio al 50 %. Desarrollamos una actividad sin prisa pero sin pausa hasta 1992, cuando decidimos ir por caminos diferentes: él puso su propia agencia y yo me quedé con Biblos. De una agencia de viajes con cuatro empleados pasamos a tener 400.
¿Cómo llegó al mundo del turismo?
Antes de ser agente de viajes fui oficial de la Marina Mercante. Navegué diez años en barcos de pasajeros y cargueros, y en un momento de mi vida me dije: “Esto no tiene futuro”. Porque si uno quiere crear una familia, estar presente, tiene que buscar una alternativa. Como tenía experiencia en viajar y me gustaba investigar, conocer los países y tratar con las personas, vi que había una carrera de Turismo y me anoté. Eso hice durante cuatro años: cursé en la Universidad del Salvador, mientras durante el día utilizaba mi antigua profesión trabajando como capitán en los aliscafos, barcos de alta velocidad que cruzaban el Río de la Plata. Allí propuse crear una agencia de viajes, y seguí hasta que llegó el momento de tener mi propia empresa y me asocié con Miguel, con quien seguimos hasta iniciar mi camino solo en 1992.
¿Qué los diferenciaba y los diferencia todavía?
Siempre traté de generar excelencia en mi trabajo, y como un médico estar disponible 24/7 para mis clientes. De hecho, nunca me molestó trabajar sábados y domingos, y esa impronta la transmití a mis empleados, que aún hoy siguen trabajando en Biblos, porque hay empleados que llevan aquí más de 30 años. Todos fueron formados para pensar siempre en los “little details”, los pequeños detalles que nos hacen diferentes. Un agente de viajes tiene que tener siempre una carta escondida debajo del brazo, para permitirle ser diferente a los demás. Eso se consigue con capacitación, con conocimiento, con estudio y con sentido común, que es el menos común de los sentidos. Generamos una marca, Biblos, que hoy es muy reconocida en el mercado. Forma parte del grupo CVC, pero mantiene su independencia y cuenta con su propio grupo de gente capacitada en el “luxury travel”. Los tiempos han cambiado, la gente está más informada a través de Internet, pero nosotros usamos Internet para capacitarnos aún más, saber más que el cliente, y eso nos ha convertido en una agencia emblemática dentro del mercado del turismo en luxury travel.
¿Cuándo empezaron a trabajar sobre este segmento?
En general siempre tuve clientes de alto poder adquisitivo, que rescataban que Sergio Durante estaba 24/7, viajaba mucho, conocía los hoteles y tenía una forma de organizar el viaje muy personal. Es decir, yo iba a la casa de los clientes, me sentaba con un mapa, hablábamos. Primero le preguntaba cómo era su perfil, era una especie de actitud psicológica de conocer al cliente y sus gustos. Eso me permitió generar mucha experiencia. También cometí equivocaciones, como todo el mundo, pero eso me sirvió para ser aún más prolijo en la toma de decisiones. Luego me contacté con una red de especialistas en “luxury travel” de Estados Unidos y nos incorporamos. Con los años se transformó en Virtuoso, y eso nos permitió ahondar más los conocimientos en viajes de lujo, participando en eventos, en congresos, en fam-trips. Hoy tenemos en nuestra tarjeta de presentación el logo de Virtuoso, que ya es conocido como un valor agregado.
¿Qué significa este valor agregado?
El “luxury travel” que maneja Biblos siempre tiene algo más para dar. “Added value”, es el lema, el principio de lo que implica ser miembro de Biblos. ¿Qué quiere decir? Por ejemplo, uno reserva un hotel —hablo de hoteles cinco, cuatro estrellas— y por el solo hecho de formar parte de la cadena Virtuoso, así como la agencia, tiene seguramente un upgrade sujeto a disponibilidad o a veces confirmado, o un traslado aeropuerto-hotel-aeropuerto, o el desayuno incluido, y casi siempre un crédito de al menos US$ 100 por estadia para ser usado en servicios del hotel. Hacemos una diferencia, y en general los proveedores de servicios —hoteles, operadores y compañías aéreas— siempre le dan prioridad a las agencias de viaje que forman parte de la organización. Eso nos hizo destacar en el mercado. En la Argentina hoy hay cinco agencias de viaje que forman parte de este grupo, pero la primera fue Biblos a partir de 1998. Somos fundadores de Virtuoso en la Argentina.
¿Cómo surgió la asociación con CVC Corp.?
Necesitábamos dar un salto cualitativo y en el año 2017-2018 vendimos el 60 % de nuestro paquete accionario a CVC. Empezó a funcionar bien, pero tuvimos la desgracia de la pandemia, que nos generó una pérdida terrible. La única forma de salvar a los 400 empleados y no entrar en quiebra fue vender el 100 % a CVC Corp. Así siguió funcionando como CVC Argentina, manteniendo la individualidad de las marcas Al Mundo, Avantrip, Ola y Biblos, cada una con una especialidad diferente y cada uno manteniendo su independencia. CVC nos ha dado solidez patrimonial y desarrollo tecnológico, un sector donde todos los días hay una novedad.
¿Cómo se fue dando esa evolución tecnológica?
Cuando yo empecé a trabajar en turismo, emitir un boleto de avión llevaba 20 minutos y se hacía a mano; si había que emitir diez boletos eran dos horas. Hoy no hay papel y en un segundo está el boleto emitido, con lo cual el pasaje de avión se ha convertido en un commodity. Cualquiera puede tener acceso a un pasaje de avión, incluso el cliente. ¿Entonces cómo diferenciarse? Con el “added value”, tener mucho conocimiento de cuáles son las mejores tarifas, los mejores destinos, cuáles son las ofertas que aparecen. Hay que estar actualizado para poder destacarse del resto. La competencia es salvaje y uno tiene que estar en condiciones de poder superarse y dar un salto cualitativo.
¿Cuáles son los planes para los próximos años?
Cumplí 83 años y sigo trabajando. CVC me dio la oportunidad de mantenerme como fundador, de utilizar mi mail y mi tarjeta de presentación. Me han honrado con esa amabilidad, y si bien le diría que en mi caso ha llega un momento en que ya me tengo que dedicar más a cuidar mis nietos que a seguir trabajando, todavía no bajé los brazos, sigo atendiendo a los clientes que me llaman. Todos los días tengo un llamado nuevo para realizar viajes complicados y no tan complicados. Cuento con el soporte del grupo de gente que yo formé, que me da el trabajo operativo: yo genero el negocio y mis ayudantes lo desarrollan y todo funciona bárbaro. El proyecto es seguir desarrollando una agencia de calidad “up to date” con gente nueva, con un recambio generacional. Como decía el presidente Perón, “yo ya estoy amortizado”.
¿Algo que le gustaría transmitir a los viajeros de hoy?
Que estoy orgulloso de haber marcado un camino y de que los empleados que forman parte de Biblos desde el origen sigan siendo un ejemplo de excelencia. Eso me enorgullece, y que Biblos siga teniendo un renombre en el mercado.