Turismo en la era Milei, ¿modernización o crisis?
La Ley Ómnibus fue enviada al Congreso. Quiere transformar en profundidad la economía del país, turismo incluido. Los cambios para el sector están concentrados en 21 artículos.
El paquete de ley que el Presidente Javier Milei envió al Congreso quiere poner un fin a la actual crisis. Un mismo dirigente de Fedecatur reconoció días atrás que la economía argentina está “estancada” desde hace 70 años, tal como se puede leer en nuestra edición de ayer.
En la nueva era Milei hasta el turismo pasará por una transformación en profundidad si se aprueban las medidas presentadas dentro de la Ley Ómnibus. Entre otros, se quiere derogar la ley 17.752 de Promoción de la construcción de hoteles de turismo internacional; la ley 21.056 de promoción del turismo por medio de líneas de transporte; o los artículos 3,4 y 5 de la Ley de Turismo referidos al Comité Interministerial de Facilitación Turística. También se quiere modificar el artículo 7 de la Ley Nacional de Turismo y varios de sus puntos para privilegiar la inversión privada, eliminar regulaciones varias, y frenar las injerencias del Estado en las actividades empresariales. También se aportan cambios en el turismo estudiantil y se presentó la propuesta para privatizar la compañía Aerolíneas Argentinas.
El proyecto “Bases y Puntos de Partida para La Libertad de los Argentinos” provocará un cambio importante en el funcionamiento del Estado pero también de la sociedad argentina, adoptando muchas normas y procesos que son habituales en el resto del mundo y sobre todo en las economías más exitosas, desde el campo educativo hasta ciertas libertades individuales relativas a los ahorros y las compras por correo. Desde el despacho presidencial recuerdan que estas reformas se quieren realizar “en nombre de la Revolución de Mayo de 1810 y en defensa de la vida, la libertad y la propiedad de los argentinos”. En cuanto al turismo, propicia una reforma de la Ley Nacional de Turismo.
Los detalles del texto ya circularon a repetición en todo tipo de soportes desde ayer y se puede recordar que, en grandes líneas, se quiere eliminar varios organismos estatales como el Comité Interministerial de Facilitación Turística. También quiere facilitar la actividad el sector; promover un desarrollo sustentable basado sobre el medio ambiente, la sociedad y la economía; optimizar la calidad de los destinos y la actividad turística en todas sus áreas; asegurar la competitividad del sector y las inversiones (sean de capitales nacionales o extranjeros); y eliminar todo tipo de limitaciones a la actividad turística “en beneficio de todos los sectores de la sociedad, incentivando la equiparación de oportunidades.”
El extenso documento entregado en mano a Martín Menem precisa el destino que el nuevo Gobierno tiene para Aerolíneas Argentinas. Se privatizará al igual que las demás sociedades del Estado, como YPF, Télam o AySA. En el caso de la empresa aérea, se dio de baja la normativa que declaraba sus acciones como intransferibles y la calificaba de interés público.
En cuanto al turismo estudiantil, es otro de los segmentos que se quiere transformar, con nuevas disposiciones. Se pedirá entre otros que las empresas tengan un Certificado Nacional de Autorización para agencias de turismo estudiantil, que presenten una declaración jurada anual con varios detalles como los datos del personal de la empresa, de los coordinadores y de los programas ofrecidos a los estudiantes y una memoria anual. También obliga a las empresas a brindar los servicios contratados o reemplazarlos por otros de “categoría igual o superior”. También prevé que las familias puedan rescindir el contrato y recibir la totalidad de las sumas abonadas. El texto detalla también las multas y sanciones aplicadas en caso de no cumplir con la nueva normativa.
Los cambios afectan también el funcionamiento del Consejo Federal de Turismo (CFT) que podrá convocar a entidades públicas y privadas; participar en la elaboración de políticas y planes para el desarrollo del turismo; proponer la creación de zonas, corredores y circuitos turísticos; fomentar políticas de planeamiento estratégico; asesorar en cuanto a organización, coordinación, promoción y reglamentación de las actividades turísticas; promover el desarrollo turístico sustentable; y desarrollar actividades que le serán encomendadas.
Y en cuanto al Inprotur, el nuevo texto detalla su financiación y precisa que el organismo podrá además “aplicar la sanción de cancelación del Certificado Nacional de Autorización para Agencias de Turismo Estudiantil” a las agencias que no cumplan con la nueva reglamentación.
Finalmente, el artículo 7 de la Ley Nacional de Turismo introduce varias novedades y entre ella la facultad de “fijar las políticas nacionales de la actividad turística con el fin de planificar, programar, promover, capacitar, preservar, proteger, generar inversión y fomentar el desarrollo en el marco de un plan federal estratégico a presentarse dentro de los 12 meses siguientes a la promulgación de la presente ley”; “proponer las reglamentaciones relacionadas con las actividades turísticas, los productos turísticos y los servicios a su cargo, las que serán consultadas al Consejo Federal de Turismo y a la Cámara Argentina de Turismo”; “coordinar, incentivar e impulsar las acciones para la promoción turística de nuestro país tanto a nivel interno como en el exterior”; “controlar el cumplimiento de la reglamentación y de las normas complementarias que oportunamente se dicten”; “gestionar la revisión de las disposiciones o conductas que impidan o dificulten el desarrollo del turismo”; “favorecer el intercambio turístico, la promoción y la difusión mediante acuerdos y/o convenios multilaterales con otros países u organismos, a los fines de incrementar e incentivar el turismo hacia nuestro país y/o la región”; “propiciar la investigación, formación y capacitación técnica y profesional de la actividad”; y “promover una conciencia turística en la población”.
En este contexto, Faevyt, los agentes de viajes y otras entidades que agrupan a los profesionales del turismo, de la hotelería y del transporte de todo el país hicieron conocer públicamente su preocupación por la derogación de la ley que reglamenta la hotelería y los sistemas de tiempo compartido, así como el Registro de Agentes de Viajes. Son textos que fueron gestados durante la dictadura militar de Juan Carlos Onganía y el gobierno de Cristina Fernández.
Las agencias de viajes alertan que la eliminación de tales regulaciones desprofesionaliza el sector e implica mayores riesgos (financieros, pero también de otra índole) para los compradores y los usuarios.
Si bien Faevyt mandó sus “felicitaciones a Fabián Lombardo por su designación como nuevo presidente y CEO de Aerolíneas Argentinas”, comunicó al mismo tiempo que: “Lamentamos profundamente el desconocimiento al referirse a nuestra actividad como monopólica cuando se trata, muy por el contrario, de uno de los sectores más diversos y descentralizados del turismo. Siendo, más del 80% de las agencias de viajes, PyMES que trabajamos con un registro abierto a la incorporación de cualquier empresa que cumpla con los requisitos para ejercer una tarea profesional y responsable velando – también – por los derechos de los pasajeros. Vale destacar que competimos, además, abiertamente con prestadores directos como hoteles y compañías aéreas. Referirse a nuestra actividad como monopólica es como decir que, porque vamos a los cielos abiertos, las compañías aéreas pueden venir sin ninguna autorización ni registro. Lo primero que debemos preguntarnos es dónde queda la protección, garantías y seguridad de los pasajeros. Estamos a disposición para dialogar con el Gobierno y aportar toda la información necesaria para transformar este cambio de paradigma en una oportunidad concreta de crecimiento para un sector pujante como el nuestro ya que, como se afirma en el mismo DNU presentado, no es posible desconocer la importancia que el desarrollo del turismo tiene en el crecimiento económico del país, más aún cuando se cuenta con atractivos turísticos inigualables y en un contexto de creciente globalización”.