Preocupación en la Costa Atlántica

Es por el bajo nivel de reservas registrado al inicio de la temporada y para los primeros días de enero. Aunque los balnearios hayan empezado a recibir caudales de turistas, la demanda es menor que en otros años. 

Incertidumbre y alta inflación: es el combo que se instaló en el inicio de una temporada alta de verano que viene dejando un gusto amargo a la gran mayoría de los empresarios del sector. La demanda es netamente inferior a la de años anteriores y los precios muy elevados dejaron de ser competitivos con iguales niveles de servicios en países limítrofes. 

En el Partido de la Costa, se pasó de un verano 2023 con una casi plena ocupación a un 60 % para estos primeros días del año 2024. A excepción de hechos puntuales, como el nuevo vuelo entre Mar del Plata y Montevideo, el litoral bonaerense es mayoritariamente un destino vacacional nacional. Y -como lo recuerda la presidenta de la Asociación de Hoteles de Turismo de Argentina (AHT), María Gabriela Ferrucci,- “los hoteles que trabajan mayoritariamente con público nacional registran a la fecha menor demanda proyectada para los meses de enero y febrero 2024″. En la costa, las autoridades de turismo reconocen al mismo tiempo que “de todas maneras, las reservas venían bajas” pero que el cambio de rumbo económico y la devaluación agudizaron su caída. 

La baja en la demanda es generalizada en toda la costa y se informaron acerca de tasas cercanas al 70 % en Pinamar, Cariló y Mar de las Pampas y 85 % en Mar del Plata. En Río Negro, el tradicionalmente pujante balneario de Las Grutas indica una tasa de tan solo el 50 % para estas semanas. En todo el litoral atlántico, el grueso de las reservas firmes fue realizado antes de la segunda vuelta de las elecciones, en octubre y noviembre. En aquellos meses se alcanzaron niveles inhabitualmente altos para luego sufrir un importante descenso durante la primera quincena de diciembre. La demanda volvió a repuntar, aunque con menor vigor que en años anteriores, antes y durante las fiestas. 

Al contrario de este panorama preocupante, Bariloche ostenta nuevamente una tendencia superior al promedio nacional y se conforta en su papel de destino preferido por los argentinos. Aunque su nivel de ocupación actual sea más bajo que en enero de 2023, es envidiable para muchos otros destinos del país, al superar los 85 %.