El shutdown en Estados Unidos provoca pérdidas por US$ 2.600 millones en turismo
El prolongado cierre del gobierno federal de Estados Unidos, que comenzó el 1° de octubre, ya provocó pérdidas de miles de millones de dólares en la economía de los viajes y el turismo, según datos de la U.S. Travel Association (USTA). La entidad calcula que el impacto económico alcanza US$ 1.000 millones por semana mientras continúe la parálisis gubernamental.
El cierre parcial afecta directamente a una amplia gama de servicios vinculados al turismo, desde la operación de parques nacionales y museos hasta los controles de seguridad en los aeropuertos y la emisión de pasaportes y visas.
De acuerdo con la consultora Oxford Economics, el shutdown podría reducir el crecimiento económico total de Estados Unidos entre 0,1 y 0,2 puntos porcentuales por semana. El efecto dominó golpea especialmente al sector de viajes, que representa uno de los motores de la actividad y el empleo en varias regiones del país.
El presidente y CEO de la U.S. Travel Association, Geoff Freeman, advirtió que la situación “está causando daños reales e irreversibles”. “Los viajeros enfrentan filas más largas en los controles de la TSA, demoras en los vuelos y cancelaciones. Cuanto más se prolongue este cierre, mayor será la cascada de perjuicios para las comunidades locales, las pequeñas empresas y el país en general”, señaló.
Parques cerrados y vuelos demorados
La suspensión de fondos federales provocó el cierre o la operación limitada de varios parques nacionales, museos y sitios emblemáticos. Algunos, como la Estatua de la Libertad, permanecen abiertos gracias a financiamiento estatal o privado, pero la mayoría de los destinos turísticos administrados por el gobierno federal suspendieron sus servicios al público.
En los aeropuertos, la situación también es crítica. Los agentes de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) y los controladores aéreos, considerados personal esencial, deben trabajar sin recibir su salario hasta que se restablezca el presupuesto. Las ausencias por enfermedad y renuncias temporales se multiplicaron, generando demoras en los controles y cancelaciones de vuelos en todo el país.
El secretario de Transporte, Sean Duffy, llegó a advertir sobre sanciones para los controladores que no se presenten a trabajar, mientras los gremios del sector alertan sobre riesgos operativos y un creciente desgaste del personal.
Pérdida de confianza y caída de la demanda
El impacto no solo se mide en cifras. Según una encuesta nacional realizada en septiembre, el 60 % de los estadounidenses afirmó que evitaría volar o cancelaría viajes aéreos en caso de un cierre prolongado del gobierno. Esa percepción de incertidumbre repercute de manera directa en las reservas y en el desempeño de aerolíneas, agencias y empresas de servicios turísticos.
La emisión de pasaportes y visas también se ha visto afectada, con demoras y cancelaciones de turnos que complican los viajes internacionales.
El efecto más visible del shutdown se refleja en los destinos que dependen del turismo nacional, como las comunidades cercanas a parques y monumentos federales. Localidades que viven del gasto turístico registran caídas abruptas en su actividad, mientras que algunos museos y negocios privados intentan sostener la afluencia de visitantes.
En ciudades con gran peso turístico, como Washington D.C., los efectos ya son palpables. A pesar de las campañas locales para mantener la actividad, el cierre de los museos Smithsonian y del Zoológico Nacional ha reducido notablemente el flujo de turistas. Paralelamente, el turismo internacional hacia Estados Unidos atraviesa su peor momento desde la pandemia. Según el World Travel and Tourism Council (WTTC), el gasto de visitantes extranjeros podría caer más de US$ 12.000 millones en 2025, una tendencia contraria al crecimiento global del turismo.
Las perspectivas
El sector aerocomercial también ha expresado preocupación. Los directivos de United Airlines y Delta Air Lines, Scott Kirby y Ed Bastian respectivamente, advirtieron que un cierre prolongado “erosiona la confianza en la capacidad del gobierno de resolver la crisis” y podría derivar en una baja sostenida de las reservas.
La industria espera que el Congreso llegue pronto a un acuerdo para restablecer las operaciones gubernamentales y limitar el impacto económico. Mientras tanto, la U.S. Travel Association mantiene en su sitio web un contador en tiempo real del costo acumulado para el sector, que superó los US$ 2.600 millones al 19 de octubre y continúa aumentando día a día.
Geoff Freeman concluyó: “El viaje mantiene en movimiento a Estados Unidos. Cuando los viajes se interrumpen, las consecuencias se sienten en cada rincón del país”.