Ad Clicks : Ad Views : Ad Clicks : Ad Views : Ad Clicks : Ad Views : Ad Clicks : Ad Views : Ad Clicks : Ad Views : Ad Clicks : Ad Views :

Brindar pensando la nueva realidad

El peor año para la industria de viajes que se recuerde está terminando, pero ¿cuáles serán las lecciones que nos dejó el 2020? ¿Qué utilidad podemos sacar a partir de este olvidable año?

Nadie en la industria de viajes necesita que le cuenten lo tremendo que fue el 2020 para todos y en todos los aspectos, además del negocio. El impacto de la pandemia convirtió crisis anteriores como el 11 de septiembre, la caída de De la Rúa en 2001, los colapsos financieros, las devaluaciones, la nube de cenizas del volcán en el sur, etc., en hechos menores.

En esta misma fecha, el año pasado, apenas habíamos escuchado lo que pasaba en la ciudad de Wuhan en China. Acababa de asumir el actual gobierno y tanto los que lo votaron como los que no, tenían la esperanza de que se revierta la crisis que desde 2018 ya veníamos padeciendo.

Pasó un año y el mundo quedo dado vuelta y nuestra industria ha estado en una cotidiana batalla por la supervivencia desde marzo, cuando la Covid-19 terminó con la normalidad.

Como la mayoría de los sectores de la economía, salvo las excepciones de siempre, el turismo se paralizó y pese a las medidas de auxilio brindadas por el Estado, hoy la actividad continúa semidetenida sin tener certeza alguna sobre el futuro.

Afortunadamente, parecería que una serie de vacunas, nos brindan cierta esperanza para el 2021. Pero ¿cuál será el impacto final de la crisis en la industria?

Muchas empresas quedaron en el camino a las que seguramente se sumaran más, independientemente de la asistencia estatal que se otorgue.

Algunas fueron creativas consiguiendo evitar masivos reembolsos que muchos proveedores no acompañaron. Así fue como compañías hoteleras, aéreas y otras, consiguieron retener lo cobrado haciéndose de fondos a devolver con servicios (o no), en el futuro. Muchos prestadores, sin planificarlo, lograron conseguir créditos a tasa 0 sin hacer ningún trámite bancario. Se verá si esta es la primera lección que agencias y operadores tendrán en cuenta.

Los cruceros, particularmente golpeados por la pandemia, han ofrecido a los clientes créditos para futuros viajes de hasta el 125% del precio pagado, como alternativa a los reembolsos. Las condiciones de reservas aéreas y terrestres se flexibilizaron. En tanto algunas agencias y operadores se fueron adaptando a la demanda de productos nacionales o de cercanía.

El gobierno intentó, con poco éxito, implementar medidas para reactivar la actividad. Si bien la situación sanitaria -como en todo el mundo- no ayudó, la ausencia oficial de políticas sustentables hizo que sin buscarlo todo se reduzca a los auxilios económicos. Otro tanto ocurrió con el sector privado donde claramente se confunde asistencia con asistencialismo.

La lentitud en el tratamiento legislativo de la problemática a la cual contribuyeron las mezquindades partidistas y la conocida politiquería de bajo vuelo, no ayudaron. A casi cuatro meses de promulgada la ley de Sostenimiento y Reactivación, quedan hoy aspectos sin reglamentar. Medidas oportunas e ingeniosas que podrían haber significado un verdadero alivio para muchos como el PreViaje, se frustraron en gran medida por la lentitud de su implementación, la extraña inclusión de rubros que de turístico no tienen nada, lo anárquico de su comunicación y naturalmente, el absoluto desconocimiento de la dinámica de la actividad por parte de los organismos responsables.

Haber puesto en vigencia El Botón del Arrepentimiento, es otro de los ejemplos. Nadie se opone a defender a los consumidores de los abusos, pero otra cosa es aplicarlo a todo y particularmente a un sector intermediario de servicios.

Por el empresariado y sus representantes no existió la presencia de una voz unificada, lo que contribuyó al desconcierto. Eso posibilitó la aparición de grupos de agencias de variado tamaño que utilizando legítimas reivindicaciones, alimentan la dispersión de fuerzas. Ojalá sea este punto la segunda lección que nos deje esta crisis.

Es cierto que encontrar soluciones en una actividad con tantos y diversos intereses no es sencillo y más cuando las posturas dirigenciales son tenidas por sus colores partidarios.

En lo macro, para la mayoría de la clase política, la industria del turismo no ha formado y no forma parte, salvo alguna excepción, de la agenda de prioridades.

Muchos insisten sobre la importancia económica de la actividad o el porcentaje que representa en el PBI, sin conocer ni tomar en cuenta seriamente el verdadero impacto, no solo económico, que el turismo representa. Muchas voces repiten comentarios tales como “es necesario que la actividad se convierta en política de estado”, lo cual nadie objeta. Cabe preguntarse, si nunca se logró establecer políticas públicas en materia energética, sanitaria, financiera, educativa o alimenticia ¿Cuál sería el motivo para sentarse a delinear planes serios y a largo plazo para el turismo?

Aunque la mayoría no lo advierta, lo vivido generará un punto de inflexión en todos los aspectos de nuestra vida. Seguir en la rueda a la que estábamos habituados no contribuirá a salir de la situación en la que nos encontramos. Hacer de cuenta que esto es una crisis más y seguir repitiendo frases vacías como “esta ya la vivimos”, “los argentinos estamos acostumbrados a vivir en crisis”, a lo único que llevará es a la nada.

El negocio cambiará y no solo se trata de poder (o querer) esperar 3 o 4 años para recuperar los niveles de actividad del 2019. No asumir que de esta situación saldremos la mayoría de los mortales dañados, es no haber aprendido nada.

La situación social y económica en que quedará la sociedad, deberá hacernos repensar entre muchas cosas, el negocio y los daños directos y colaterales, no se solucionan con expresiones de deseos.

Afortunadamente la vacuna ayudará, así como seguirá existiendo un sector de consumidores que viajarán más allá de cuanto cueste el dólar. La pregunta es si esa porción de pasajeros, podrá seguir alimentando la cantidad de empresas que existen y con qué estructuras soportarán la nueva realidad.

Nosotros desde Rèport, brindamos porque no dudamos que el empresariado del sector, sabrá optar por los mejores caminos.

A todos los lectores, anunciantes y amigos, les deseamos todo lo bueno, esperando que este año quede pronto en el olvido.

¡Salud!

Esta altura div necesaria para habilitar la sticky sidebar