Lo que la infectocracia posibilita

La situación que vivimos instaló palabras –y hábitos- nuevos. Uno de ellos es la “infodemia” palabra inexistente en el diccionario pero que podríamos definir como el bombardeo informativo al que somos sometidos (y consumimos).

Todos hablan de todo. Los comunicadores serios y los no tanto, opinan, manejan “data” y así escuchamos a Majul opinar si lo que dicen los infectologos está bien o está mal, o a Feinmann enojado porque vamos camino a ser Venezuela. ¿Que elemento existe que pudiese avalar esa teoría? Ninguno. Pero no importa. Si Patricia Bulrrich dice que Alberto Fernandez nos lleva al comunismo, ¿por que Feinmann no puede decir lo que dice? Estamos en democracia y cada uno dice lo que quiere.

El turismo también entra en la grilla de noticias, no todo es Covid19 o negociación de la deuda o Vicentin. Sin duda es un tema que atrapa, que vende y del cual también todos opinan. Y así leemos como un periodista, descubre que si las lowcost no resisten y si Latam quiebra, Aerolíneas Argentinas se quedará con todo el mercado y eso está mal. ¿Por que está mal? No lo dice. ¿Como evitarlo? Tampoco lo dice. Pero está mal.

No lo dice, pero tal vez opina que el estado debería salvar a Flybondi y Cia. o darle un subsidio a Latam.

Ese y otros temas vinculados son tratados por quienes escriben, con absoluto desconocimiento –salvo escasas excepciones- y como no conocen, tratan de hechos que no son ciertos, o trascriben temas que se publican en medios de otros países y los “adaptan” al nuestro.

Días atrás, el diario La Nación publicó una entrevista a una señora que representa consumidores y en esa nota la señora dice cosas que ella luego dijo que no dijo.

Concretamente, en la nota, la señora recomienda a los consumidores a “leer la letra chica” de las condiciones de venta de los tickets y aconseja comprar directamente a las compañías y no a los intermediarios, léase a los agentes de viajes. La nota produjo la enérgica reacción de FAEVYT junto a otras asociaciones vinculadas a la actividad.

De todas formas, mas alla de lo publicado, ni la periodista ni la señora saben de que hablan. La periodista no sabe, porque como mínimo debería haber preguntado cual es la letra chica que las companias aéreas cumplen y cual es la responsabilidad de un intermediario si la empresa no vuela y no devuelve lo pagado u ofrece un bono para ser utilizado en determinado tiempo. La señora debería preguntarse como hace un pasajero para antes de comprar, pedirle al intermediario o a la misma compañía, “la letra chica”.

La periodista y la señora deberían haber averiguado, tal como reza el repudio de FAEVYT, quienes se ocuparon de repatriar a sus pasajeros, quienes devolvieron dinero que los proveedores cobraron y retuvieron y otras tareas que esperemos el público, mas allá de las 12 cuotas sin interés que les vuelvan a ofrecer, en un futuro recuerde.