El enoturismo ya cuenta con protocolos de seguridad

El Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación presentó el anexo Enoturismo del Protocolo Covid-19 para Prestadores Turísticos, destinado a bodegas y viñedos que brindan servicios al turismo.

El documento fue elaborado por el Ministerio en conjunto con la CAT, el ICTA, la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) y las provincias, a través del Consejo Federal de Turismo. “Es momento de trabajar en conjunto, con creatividad e ingenio, los valores diferenciadores en la creación de productos enoturísticos novedosos, unificando esfuerzos que contribuyan mancomunadamente a la pronta recuperación del sector”, puntualizó el documento.

Entre otras medidas, se  recomienda establecer una metodología que asegure la mínima manipulación de las copas para las degustaciones previo a la entrega al visitante. Por ejemplo, apertura de packs de copas, utilizar envoltura cerrada, incluir la copa en el precio de visita y que el turista se la lleve como recuerdo, entre otras posibles acciones. Se aconseja no permitir la manipulación de la botella por parte del visitante.

Además, sugiere considerar el diseño y señalización de recorridos de sentido único para evitar cruces de grupos y, cuando sea posible, utilizar y marcar áreas exteriores como parte de un esquema de enrutamiento unidireccional.

También plantea la necesidad de estipular el número máximo de turistas o visitantes que pueden participar de la visita guiada en la bodega, prestando especial atención a las medidas de distanciamiento social vigentes y a los espacios físicos a ser utilizados para evitar su saturación y cuidar así la capacidad de carga.

A la vez, destaca que hay que evitar el uso del libro de visitas y formularios impresos de encuestas de satisfacción o quejas y, en cambio, disponer de medios digitales y redes sociales para tal fin.

A fin de complementar la capacitación, sugiere que el Área de Turismo de la Bodega diagrame un plan de capacitación del personal que incluya los cursos autogestionados disponibles en la plataforma de capacitación del Ministerio de Turismo y Deportes.

Otra cuestión considerada es la importancia de establecer puntos de sanitización gratuitos de fácil identificación tanto en el ingreso, egreso, como durante el recorrido en el viñedo y/o sector productivo y cerca de áreas de sanitarios utilizando una adecuada señalización.

La visita a la cava solo es recomendable si el espacio cuenta con una correcta ventilación

Asimismo, aconseja determinar horarios de atención a proveedores que no coincidan con los horarios de las reservas de visitas guiadas al emprendimiento, delimitando zonas de descarga y evitando el aglomeramiento de personas.

En cuanto a las vistas, recomienda que solo se acceda a la bodega con reserva previa. Cuando la reserva se realice en forma directa, el Área de Turismo de la Bodega podrá establecer un sistema adecuado mediante el cual se comuniquen previamente al visitante las medidas de seguridad de la bodega.

En el caso de que se concrete a través de intermediarios, éstos deberán acreditar identidad del guía o conductor y demás personal acompañante, al igual que la de las personas que trasladará. No se recomiendan las visitas autoguiadas o libres por el viñedo o la bodega.

Se sugiere que los lugares que no puedan ser ventilados queden excluidos del uso para los fines turísticos mientras se sostengan las medidas de distanciamiento. Por esta razón, se desaconseja la visita a la cava, dado que por lo general su acceso suele hacerse por medios estrechos y su ventilación es reducida, salvo que se pueda garantizar el distanciamiento, espaciado en tiempo entre visitas y la correcta ventilación.

El protocolo también destaca que hay que evitar el efecto embudo al momento de la venta con el que concluyen las visitas. Se aconseja que las salas de recepción o espera no sean las mismas que las salas de degustación y/o ventas y evitar la degustación directa de toneles, la utilización de pipetas, o técnicas similares.

Por último, en todos los casos, resultan claves las medidas de distanciamiento social, higiene de manos (con agua y jabón o solución a base de alcohol al 70%) y respiratoria, así como también la limpieza y desinfección del equipamiento, instalaciones e infraestructura.