El arduo lobby del sector de viajeros por negocios en Estados Unidos

Con 9 mil miembros, el lobby de la Global Business Travel Association (GBTA), o Asociación Global de Viajes de Negocios ante el Gobierno y Congreso de Estados Unidos resultó clave para que los cuatro pilares de la industria de viajes (aerolíneas, transporte terrestre, agencias y hoteles) estuvieran representados en la Ley CARES. Sin embargo, el trabajo aún está lejos de terminar.

Así lo expresó Shane Downey (foto), presidente de la GBTA, tras haber liderado por meses, a través de llamadas, mensajes de texto y correos electrónicos, el lobby de la industria de viajes. El reconocido lobista enfila ahora sus baterías hacia una nueva fase: ampliar la capacidad de pruebas Covid-19 como la mejor alternativa para alivianar las restricciones de movilidad, particularmente las de la Unión Europea.

De acuerdo con Downey, no hay una solución fácil y rápida a las consecuencias negativas de la pandemia, solo queda enfocarse en ampliar las pruebas, restablecer la confianza de los viajeros y reactivar la demanda de viajes, todo en el marco de un entorno seguro e higiénico que prevenga nuevas oleadas de infección. Ello sumado, por supuesto, a un alivio financiero adicional, ya que muchas pequeñas empresas no han accedido todavía al Programa de Protección de Cheques de Pago y el pedido es extenderlo hasta el final del año.

“Estamos tratando de trabajar con los diferentes gobiernos y asegurarnos de que estén hablando entre ellos (…) Reiniciar los vuelos internacionales es muy importante para los viajes de negocios. Es por eso que hay conversaciones con otros países para garantizar la coordinación de sus estándares y tratar de controlar el virus “, manifestó Downey y enfatizó en que los puntos clave para este propósito son: coordinación y reciprocidad.

Pero la tarea también se da a nivel interno, ya que algunos estados estarían contemplando exigir reglas de cuarentena a otros estados, lo que dificulta enormemente la recuperación de los viajes de negocios. Según una encuesta de la asociación, el 98 % de las empresas cancelaron o suspendieron todos los viajes internacionales, en contraste con un 95% que lo hizo con los viajes nacionales.

El peligro de la “responsabilidad de contagio”

Pero si propender por ampliar las pruebas o instar a los gobiernos a ponerse de acuerdo en medidas y estándares para reactivar los viajes es una tarea difícil, el espinoso tema de la responsabilidad de contagio supera con creces cualquier complejidad. Especialmente en un país con una “cultura litigiosa” como la de Estados Unidos.

¿Qué sucede si un hotel, después de haber seguido todas las pautas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), es demandado por un huésped o empleado que asegura haber contraído el coronavirus en sus instalaciones? De acuerdo con Downey, aunque es difícil convencer a un tribunal del lugar exacto en que se contrajo el virus, esta será “siempre una preocupación” para las empresas de viajes que retomen sus operaciones.

Por ello, en su carta al Congreso, la GBTA aboga por un “puerto seguro” contra demandas fraudulentas para aquellas empresas que siguen las pautas de salud y seguridad. Sin embargo, Downey asegura que están lejos de profundizar en un tema como las directrices de los seguros.

“Tenemos tanto que estamos tratando de hacer. A veces simplemente crece demasiado, y tratar con detalles específicos sobre seguros, para eventos o viajes, no ha sido un área que tradicionalmente hayamos examinado. No significa que no lo haremos, ya que estos son tiempos no tradicionales”, manifestó Downey.

Al final, como señaló Downey no hay una “bala de plata en nada de esto”, es decir, según la expresión de la lengua inglesa, no existe una solución simple, rápida y total frente a esta problemática. “Hay tantas pequeñas cosas que estamos tratando de hacer, eliminar, asegurarnos de que todos se estén abriendo correctamente”, concluyó Downey, quien tiene la confianza y respaldo de las 9 mil empresas que integra la GBTA.