Copa posicionada con compromiso

Cuando se le pregunta a Pedro Heilbron, CEO de Copa, cómo será el próximo año, responde: “Es muy pero muy difícil saberlo ahora mismo porque depende de muchos factores desconocidos”.

Razón no le falta, pues todos los ejecutivos de las aerolíneas llaman a la pandemia “la peor crisis en el siglo de existencia del transporte aéreo”.  Cuando se miran los resultados del segundo trimestre de Copa Airlines, es fácil ver por qué dicen eso. La aerolínea panameña informó que su tráfico de pasajeros en el segundo trimestre cayó un 99,7%.

Lo inusual es que Copa, durante mucho tiempo uno de los favoritos de Wall Street, no ha reportado pérdidas trimestrales en 20 años, como recordó Heilbron: “Durante la última década, mientras que las aerolíneas de todo el mundo se alegraron cuando reportaron márgenes operativos de un solo dígito, los de Copa se ubicaron regularmente en dos”. Este año, en el segundo trimestre la compañía informó una pérdida de 386 millones y trasportó 9 mil pax contra 2,6 millones del año pasado.

El “secreto” del éxito de Copa en tiempos normales está en primer lugar en la calidad de su operación, su red y la favorable ubicación de la ciudad de Panamá al nivel del mar, a diferencia de muchos de sus vecinos como Bogotá, por lo que el aeropuerto Tocumen es fácil de operar.  El país está estratégicamente situado, lo que permite conectar el continente con aviones B- 737 o más pequeños aún. Claro que también contó con las inversiones del estado panameño en aviación y turismo que incluyó la construcción del aeropuerto Tocumen, al que bien llaman “El centro de las Américas”.

Obviamente la pandemia tiró por el piso este y todos los modelos, cuando casi el mundo entero impuso restricciones de viaje. En particular, Copa dejó de volar a fines de marzo, pudiendo solo efectuar algunos vuelos humanitarios y de repatriación.

El gobierno panameño tiene pensado levantar algunas restricciones hacia fines de agosto y la aerolínea de bandera tiene como objetivo comenzar a operar a principios de setiembre con aproximadamente el 10% de sus itinerarios.  Inicialmente volará a Nueva York, Miami, La Habana, São Paulo, Rio y Quito. El CEO comentó que operará Tocumen como un “mini-hub”, que conectará a los pasajeros entre cualquiera de los destinos iniciales. Por supuesto, aclaró Heilbron, que los planes pueden cambiar si los países vuelven a bloquearse o si no se levantan las restricciones.

Pero como todo, siempre hay un Talón de Aquiles y el de Copa es que Panamá es un país pequeño, sin un mercado aéreo de cabotaje significativo. Las cifras de la disminución que sufrió la compañía es la comprobación de que las aerolíneas con tráfico nacional importante se recuperarán más rápido que aquellas en las que este no es significativo. En Brasil, por ejemplo, las líneas aéreas, especialmente Azul, comprueban esta afirmación debido a su gran mercado interno.

Otras prestigiosas aerolíneas como Emirates, Qatar, Etihad e incluso Copa, con mercados domésticos casi nulos, tardarán más en recuperarse, especialmente porque se espera que los viajes internacionales sean los últimos en acercarse a la normalidad.  

Copa aspira salir de esta crisis sin solicitar protección por quiebra, como ya lo hicieron Avianca, Aeroméxico y Latam. Declara tener acceso a efectivo y a ventajosas líneas de crédito, en caso de ser necesario. Está readecuando su flota devolviendo 14 Embraer E-190 y 14 Boeing 737-700 y ha renegociado con Boeing la entrega paulatina de sus Boeing 737 MAX, cuando las entregas se reanuden después de su recertificación.