Carnival le apuesta a los cruceros sin uso de avión
Con su decisión de ampliar capacidad y operación en múltiples puertos de Estados Unidos la naviera busca hacerle frente a la crisis que atraviesa la industria turística y de cruceros.
No se trata de una estrategia nueva en manera alguna. Carnival Cruise Line ya lo puso a prueba con éxito casi 20 atrás a raíz de los atentados del 11 de septiembre, cuando muchos estadounidenses tenían miedo de volar y el despliegue de buques en los llamados puertos base les permitió a los viajeros seguir disfrutando del producto sin grandes desplazamientos.
“Históricamente nos hemos desplegado desde 18 puertos de origen de América del Norte, y eso ha sido muy exitoso. Logramos una gran cantidad de huéspedes del mercado de autoservicio. Somos muy populares entre las familias, para grupos de cuatro comprar un boleto de avión además de un crucero es muy caro“, explicó Fred Stein, director de Desarrollo de Carnival.
Stein señaló que la naviera fue la primera en establecer buques en Tampa, Nueva Orleans, Mobile, y San Diego, expandiéndose luego a Charleston y Baltimore a medida que crecía su flota de cruceros. “Cuando termine la pandemia la estrategia será aún más importante. No tener que subirse a un avión ofrece una ventaja durante la fase de puesta en marcha, una vez que se hayan implementado todos los protocolos”, declaró Stein.
Así, cuando los cruceros zarpen nuevamente, 20 de sus 23 barcos estarán basados en puertos de Estados Unidos continental. Solo tres operarán desde Europa y Australia. La naviera descartó asi su operación en San Juan de Puerto Rico y Barbados, lo cual está directamente relacionada con el esfuerzo de “centrarnos más en nuestro negocio de América del Norte“, manifestó Stein.
El directivo explicó que si bien la naviera se está deshaciendo de cuatro barcos, el año entrante cuando ingrese el Mardi Gras a la flota (5.282 pasajeros) y posteriormente su barco hermano, tendrán menos buques pero más capacidad para el mercado estadounidense.
Entre los puertos elegidos se destacan los de California. San Francisco tendrá más opciones, con cruceros por Alaska y viajes de cuatro días (“fin de semana largo”) a Ensenada, en México. En Long Beach operará el Carnival Radiance, que recientemente completó una remodelación de 200 millones de dólares.
En el otro lado del país, Fort Lauderdale perderá capacidad frente a Miami. Sin embargo para Stein este no es un problema, ya que ambos puertos están a 40 kilómetros de distancia.
“Veremos una mayor demanda de cruceros con puerto como base. Cuando ocurrieron los hechos del 11 de septiembre, la gente se sintió más cómoda cerca de casa; las familias podían estacionar su automóvil y luego subirse a un barco. Ahora vemos una correlación directa”, dijo el directivo.