La tecnología sin contacto volvió para quedarse

Hasta antes de la pandemia el factor humano en el servicio empezaba a reclamarse como deseable en la experiencia de un viajero. Hoy el “contactless” se revela, otra vez y quizás ya de manera definitiva, como el nuevo horizonte del sector alojamiento, lo que incluye por supuesto, a los alquileres temporales.

No se trata de una propuesta desconocida. El viraje hacia las soluciones de tecnología sin contacto se ha estado desarrollando durante años en el mundo, pero su adopción ha sido escasa, especialmente en Latinoamérica.

Hoy, en medio de la pandemia, la tendencia global indica que los anfitriones y administradores de propiedades están buscando la manera de eliminar cualquier elemento de la experiencia de alojamiento que pueda significar un riesgo para huéspedes y personal.

De esta manera la “touchless tech” se revela como el nuevo paradigma; uno que, valga decir, desbanca al hasta hace poco utópico “seamless”: una experiencia de viaje perfecta y fluida en todas sus fases, con altísimas dosis de personalización.

Un imaginario que se derrumba, o por lo menos se aplaza dramáticamente por cuenta del Covid-19. El horizonte hoy para los negocios de alojamiento de cara a su reactivación mundial no es otro que la búsqueda de una operación en la que la regla sea la ausencia de contacto e interacción humana.

La tendencia en los alquileres temporales  

Según un informe de la plataforma de operaciones inmobiliarias Breezeway, el 95% de los operadores vacacionales profesionales planean implementar cambios que ayuden a sus huéspedes a sentirse más seguros. Se destacan particularmente las soluciones “touchless”, por encima de los promocionados  “protocolos de limpieza mejorados”.

Además, el 49% de los administradores de propiedades sienten que un software de este tipo será la tecnología más útil para invertir en el próximo año, muy por encima de soluciones de gestión de reservas, ‘channel managers’, etc.

Esto es particularmente útil en el negocio de los alquileres temporales, que por definición responden a una experiencia más íntima y personalizada que la de un hotel, en donde los ascensores, vestíbulos, escaleras, restaurantes, piscinas, etc., son públicos.

“Los viajeros quieren conducir directamente a su casa de alquiler, estacionarse en un lugar privado, ingresar al lugar con un código personalizado, disfrutar de un piscina privada, acceder a la información sobre la casa y el área a través de una aplicación móvil y, si tienen preguntas o problemas, comunicarse con el propietario por mensajes de texto o correo electrónico”, destaca un portavoz de la empresa de alquileres de lujo Getaway Society.

El punto es que las soluciones sin contacto no solo ayudan a que los viajeros se sientan más seguros, sino que reducen la cantidad de pasos que los anfitriones deben surtir a la hora de recibir a sus huéspedes. Así las cosas, la entrega de llaves al nuevo huésped debería ser un asunto del pasado.

En los países europeos, en donde los viajeros deben reportarse con las autoridades, el registro digital a través de servicios como CheKin, con sede en España, ayuda a este propósito. Esta empresa anunció recientemente una colaboración con Airbnb en España, Booking.com, OYO y Guesty, que les permite a los anfitriones registrar a sus huéspedes online y en la nube, lo que implica ahorrar una significativa cantidad de tiempo en comparación del registro manual.

Desde la perspectiva del huésped los efectos son igualmente deseables. Puede entrar y acomodarse en su espacio con total tranquilidad, “con la menor fricción y el menor contacto posible”.  Y una vez adentro, las beneficios tecnológicos continúan.

Con Virtual Concierge Service, por ejemplo, los anfitriones pueden equipar sus hogares con dispositivos Amazon Alexa o Google Home, en lugar de las arcaicas “carpetas de tres anillos” que pretende explicar cómo encender el televisor o las luces, entre otros.

Igualmente, cuando los costos lo permitan, los huéspedes podrán usar dispositivos de voz para registrarse o salir de una propiedad, lo que es particularmente valioso para programar el servicio de limpieza. Lo propio ocurre con los sensores de ocupación que alertan a los administradores o al personal de limpieza que un huésped ha salido.

Otra posibilidad es la incorporación de pantallas dentro de los hogares que permitan al anfitrión hacer videollamadas en donde este es visible para el huésped pero no al revés. Los dispositivos de voz también podrían estar equipados con mensajes personalizados para dar bienvenidas o entregar indicaciones a los viajeros al momento de la llegada. El truco consiste en hacer que la tecnología tenga un toque personal.