Volar o no volar. Ése es el tema
En un intento por sobrevivir, las aerolíneas están tratando desesperadamente de convencer a un público cauteloso que las máscaras faciales obligatorias y los filtros de aire, hacen que sentarse en un avión sea más seguro que muchos otros entornos interiores durante la pandemia. Parece no estár funcionando.
Las encuestas indican que, en lugar de sentirse cómodos con los viajes aéreos, muchas personas se muestran escépticas al respecto. En los países sin restricciones, o con pocas, para los vuelos, las reservas se estancaron en julio, un mes después de aumentar lentamente, una reacción provocada por un nuevo aumento de contagios. A nivel mundial los viajes aéreos han bajado más del 85% con respecto al año anterior según cifras de la industria.
Las implicaciones para las aerolíneas son graves. Varias empresas líderes ya se han acogido a la protección por quiebra, y si la recuperación esperada se retrasa mucho más, la lista aumentará. Las cuatro estadounidenses más grandes perdieron un total de US $ 10 mil millones de abril a junio. Sus directores ejecutivos dicen que sobrevivirán, pero han bajado sus expectativas de recuperación.
“Todos esperábamos que para setiembre el virus pudiera seguir su curso, pero nos equivocamos”, dijo el director ejecutivo de Southwest Airlines, Gary Kelly.
En una encuesta encargada por un grupo de aerolíneas, la mayor preocupación de los viajeros era la posibilidad de sentarse junto a una persona infectada. De más de 1.000 personas consultadas en junio sobre su comodidad para realizar diversas actividades durante la pandemia, el 70% dijo que volar era muy o algo inseguro, calificaron más seguro ir a la sala de emergencias de un hospital o hacer fila para votar.
Standard & Poor’s dijo esta semana que las perspectivas de la industria han ido “de mal en peor”, con una caída del tráfico aéreo mundial de hasta un 70% este año. En mayo, S&P había dicho que una caída del 55% era el peor de los casos. “Va a ser una recuperación más lenta y desigual de lo que uno podría haber esperado”, comentó el analista de la prestigiosa empresa, Philip Baggaley.
La IATA va cambiando sus pronósticos y hoy predice que los transportistas perderán 84.000 millones de dólares este año, lo que lo convierte en el peor en la historia de la industria. También dice que el tráfico no se recuperará por completo hasta 2024.
Asia, donde los brotes se controlaron antes, lo está haciendo mejor que Estados Unidos y Europa. Los viajes nacionales dentro de China se han recuperado en aproximadamente dos tercios de su nivel del año anterior.
El tráfico aéreo en los más de 500 aeropuertos de Europa se ha desplomado, un 94% menos en junio en comparación con el mismo mes del año pasado. Hubo alrededor de 4 millones de pasajeros, contra 217 millones del 2019.
Los viajes aumentaron cuando
más de dos docenas de países europeos abrieron fronteras entre sí a principios
de julio, pero los casos de virus están creciendo en varios de ellos, lo que ha
provocado la reimposición de restricciones. Esta semana, el Reino Unido
estableció un requisito de cuarentena de 14 días a los viajeros que llegan
desde Francia y los Paises Bajos, incluso a los británicos que regresan. Los
vuelos desde fuera de Europa, incluidos los Estados Unidos, todavía están
restringidos.
Entre las aerolíneas internacionales, es casi seguro que las grandes compañías con respaldo del estado sobrevivan. En Asia y Oriente Medio, se las considera contribuyentes vitales para la economía en general. Del mismo modo, las europeas, incluidas Lufthansa, Air France-KLM y British Airways, son demasiado importantes para dejar que fracasen.
Las empresas estadounidenses se han apresurado a asegurar a los viajeros que los aviones son seguros. Requieren que los pasajeros usen mascarillas y están limpiando las cabinas más a fondo, incluso rociando los asientos con niebla antimicrobiana.
Consultado un Director de Microsoft sobre la postura de la compañía, respondió: “Se puede oler la niebla de limpieza que se ha hecho en los aviones, pero la nueva realidad para nosotros es menos viajes, estadías más largas y ser mucho más selectivos sobre qué aerolínea volaremos”, dijo.