La inversión en tecnología que necesitan los aeropuertos

A la par que los aeropuertos se resignan a una deprimida demanda de tráfico, también empiezan a planear sus inversiones tecnológicas para atraer a los pasajeros temerosos, pero se enfrentan a dos problemas: presupuestos reducidos y costos elevados.

Para ayudarlos a invertir sabiamente, la Asociación Internacional de Aeropuertos (ACI) lanzó en días pasados la “ACI Airport Health Accreditation (AHA)”, o Acreditación de Salud Aeroportuaria. Este esfuerzo tiene como objetivo armonizar los protocolos globales y garantizar un progreso que sea medible en beneficio de  la salud y el bienestar de viajeros y empleados. 

El programa de acreditación, que recibió casi de inmediato el apoyo de la OACI, se enmarca dentro de una preocupación generalizada y es atraer una demanda aérea esquiva. Se conoció que muchos aeropuertos han reducido sus inversiones en tecnología para reorientarlas a nuevas prioridades, como tecnología para la detección de temperatura y filas virtuales.

El nuevo horizonte, como se ha mencionado ya en muchos escenarios, es la tecnología sin contacto. El propósito es hacer que cada paso del proceso de un viaje en avión tenga el menor contacto posible, pero los costos de estas adecuaciones tiendan a acumularse hasta llegar a cifras muy elevadas.

En un gran aeropuerto, la automatización puede costar hasta 75 millones de dólares, estima la ACI. Allí se incluyen, por ejemplo, software a la medida y el consecuente personal especializado para instalar y respaldar las nuevas herramientas.

Para un aeropuerto pequeño, el costo de la automatización y el cambio al procesamiento sin contacto podría estar entre 1 millón y 20 millones de dólares. Un aeropuerto pequeño para la ACI es uno que moviliza 10 millones de pasajeros al año en tiempos normales. Los precios dependen del tamaño del proyecto, la sofisticación de las soluciones y si el aeropuerto-cliente ya cuenta con alguna automatización.

En el caso de Francia, por ejemplo, las grandes empresas de viajes como Air France, Accor y el operador de París Charles de Gaulle (Groupe ADP) organizaron un concurso para que los proveedores de tecnología presentaran sus mejores soluciones. Se seleccionaron un puñado de ganadores entre más de 300 inscripciones. Precisamente por estos días Groupe ADP está probando soluciones de calefacción y ventilación que prometen reducir los patógenos en el aire en distintas áreas del aeropuerto parisino.

De igual manera, algunos aeropuertos están acelerando sus gastos en facturación y entrega de equipaje sin contacto. En la India, por ejemplo, se ha adoptado un proceso “touchless” para manejar el equipaje facturado con exceso de peso y en el mismo Charles de Gaulle de París están probando ascensores activados por comando de voz.

En el caso de la tecnología de limpieza, se está volviendo popular el uso de robots que iluminan con luz ultravioleta (UV) para desinfectar. A la par, otras terminales están creando centros de datos que utilizan inteligencia artificial y análisis predictivo para evitar el hacinamiento de personas.

Groupe ADP, por ejemplo, está reutilizando sus sistemas tecnológicos de visión por computadora y sensores, para rastrear los flujos de pasajeros y asegurarse de que no se amontonen. Utilizará también  “cámaras semánticas 3D” que pueden ayudar a identificar temperaturas corporales elevadas, además de asegurarse de que se cumplan con el uso de mascarillas y reglas de distanciamiento social.

Las soluciones de gestión de identidad digital también son un tema candente. Algunos aeropuertos ahora deben manejar no solo los datos de los pasaportes, sino también, en algunos casos, los resultados de las pruebas de coronavirus de los pasajeros.

De hecho, la pelota puede estar ahora en el campo de los gobiernos, señaló la ACI, ya que hay serias dudas de si estos serán lo suficientemente rápidos en aprobar la implementación de nuevas tecnologías para el control de fronteras y biometría, como el reconocimiento facial.