Sin cruceros, destinos caribeños replantean sus estrategias
Aunque la pandemia asestó un duro golpe al turismo mundial, en el caso particular de la industria de cruceros la afectación ha sido más profunda y devastadora. Después de casi ocho meses de pandemia, las tres principales líneas de cruceros no han zarpado aun, manteniendo en el limbo a su principal y más rentable mercado.
El grave panorama terminó de confirmarse en días pasados con la tercera extensión de la orden de no navegar para barcos mayores de 250 pasajeros, emitida por el CDC. La autoridad de salud en Estados Unidos señaló que los viajes de cruceros “continúan transmitiendo y amplificando la propagación de Covid-19 a pesar de los protocolos de salud y las capacidades reducidas de los cruceros”.
Toda una sentencia crítica que ha hecho tambalear a las economías de los destinos caribeños, dependientes de los cruceros masivos. Sin embargo, a estas alturas se ha dejado ver también un lado positivo para los destinos: trabajar para maximizar la calidad sobre la cantidad con un turismo ecológico, de alto valor adquisitivo y de menor escala.
Así lo han manifestado, por ejemplo, desde la isla de St. Maarten, que hoy por hoy se encuentra evaluando sus oportunidades ante la larga ausencia de los cruceros, en segmentos como los millenials, los alquileres vacacionales, la gastronomía, entre otros. Según su directora de Turismo, May Ling Chun, la ausencia de los cruceros ha permitido que las islas “se desintoxiquen” y “de repente, el destino se ve mejor”, afirmó.
Grandes retos para las navieras
Actualmente un grupo de trabajo de cruceros compuesto por 40 destinos está trabajando para establecer burbujas de cruceros en todo el Gran Caribe. En este contexto se estima un retorno gradual y lento, que no está exento de retos para las grandes navieras ¿Cuáles son?
Primero, navegar de forma segura a destinos que efectivamente han controlado la propagación del Covid-19 y en donde los recursos son limitados para gestionar eventuales brotes. Segundo, ajustarse las operaciones reducidas en un negocio en donde históricamente la rentabilidad viene determinada por el volumen.
Pero los retos también son enormes para los destinos caribeños. En una investigación sobre los efectos de Covid en esta región, casi el 99% de los destinos dijeron que prevén que la sostenibilidad jugará un papel central en sus planes de recuperación. Pero el estudio también reveló que el 61% de organismos y prestadores de la industria del turismo del Caribe han tenido que reducir sus presupuestos, y el 39% comparte que prevén recortes de empleo en el futuro.
Los expertos estiman así que en los planes se han centrado, en su gran mayoría, en hacer que las personas regresen rápidamente, pero para mantener el turismo en la nueva normalidad será necesario que las oficinas de turismo piensen más ampliamente sobre las implicaciones para toda la cadena de valor y planifiquen en consecuencia. Cómo hacer esto con un presupuesto reducido es una gran pregunta.