La recuperación del turismo en EE. UU. puede verse afectada si gana Trump

Dado que muchos piensan, con razones, que la victoria de Trump en 2016 fue un factor que contribuyó a una desaceleración del 2,1% en la tasa de crecimiento anual del turismo internacional en EE. UU., un segundo mandato del actual Presidente, combinado con el impacto de la COVID-19, no le da al sector turístico yankee mucho optimismo.

Si bien se podría atribuir a la causalidad, existe un vínculo directo entre el primer mandato del presidente Trump y la desaceleración que hubo en el tráfico internacional. Este antecedente debería aumentar la aprensión en el sector frente al resultado de hoy, especialmente por la rapidez con que se realizará la recuperación durante y después de la pandemia.

En 2017, las llegadas de turistas internacionales a nivel mundial crecían a un rápido ritmo y el valor del dólar estaba a la baja. Estos dos factores deberían haber contribuido a un crecimiento del turismo internacional casi récord en 2017 y los años siguientes, pero no fue así. Según los datos del Departamento de Comercio y de la industria, entre el 2016 y el 2019 la llegada de turistas internacionales aumentó el 1% por año. A modo de comparación, de 2013 a 2016, creció el 3,1% anual.

Ahora se espera que las llegadas internacionales a EE. UU. experimenten una caída interanual del 75% en 2020, en gran parte por la pandemia. Estados como Florida, que tienen una gran dependencia del tráfico internacional, se vieron gravemente afectados y necesitan un camino más rápido hacia la recuperación.

Sugestivamente Florida votó por Trump y seguramente lo volvió a hacer.

Hay varias razones por las que un segundo mandato para Trump prolongaría la recuperación del turismo en los EE. UU. Desde la imagen y opiniones negativas que el mandatario goza en la opinión pública mundial, hasta las políticas de inmigración o las prohibiciones impuestas arbitrariamente a personas que intentaban ingresan al país.

Otra razón, más que importante, es la guerra comercial entre China y Estados Unidos. En los últimos años, el poder adquisitivo cada vez mayor de los viajeros chinos los ha colocado al frente de las estrategias turísticas de muchas naciones, dado el gran número de viajeros con dinero. El enfoque agresivo del presidente Trump hacia China ha impactado las llegadas de pasajeros del gigante asiático. Según los datos de la industria, entre el 2013 y el 2016, las llegadas de chinos a los EE. UU. crecieron a una tasa anual del 18,1%. Del 2016 al 2019, las llegadas se redujeron a un 2,5%.

Esta abrupta caída gradual de las llegadas de chinos podría continuar más allá de la pandemia si la tensa relación planteada por Trump con China no muestra signos de mejorar durante un posible segundo mandato.