La miopía no se cura, se corrige
La miopía es un tipo de error en la visión en que los objetos cercanos se ven con claridad, pero los lejanos se ven borrosos. No se puede hacer nada para prevenirla ni para curarla, aunque se puede corregir fácilmente con anteojos.
Este síntoma, parece haberse instalado en muchos empresarios frente a la compleja situación que atraviesa la actividad. De otra manera no puede entenderse algunas ideas o conclusiones que se escuchan o leen.
La imposibilidad del contacto físico a la que nos obligó la pandemia instaló los grupos de Whatsapp o Zoom en los que se escuchan consideraciones que tornan difícil imaginar alguna salida.
Esos encuentros virtuales más se parecen a sesiones de catarsis y reclamos, que a espacios para intercambio de ideas y sin proponérselo los participantes, o al menos algunos, sacan conclusiones que no solo impiden ver la realidad, sino que la distorsionan.
Días atrás en uno de los grupos, circuló un chat con opiniones de operadores sobre la medida del gobierno de imponer restricciones de vuelos a determinados destinos.
En él, además del enojo o desconcierto por la medida, se
vierten conclusiones que nada tienen que ver con la realidad.

Como se puede leer en la captura de pantalla del chat, las conclusiones sobre la medida gubernamental se resumen en 3 puntos:
- Se pretendería compensar la reducción de los vuelos con $ 9.000 por empleado.
- El REPRO es como un “plan” estilo IFE (subsidio para los sectores más vulnerables) que se da compensando la falta de una Política de Estado sobre la actividad.
- Hay una actitud deliberada del Gobierno en extinguir a las empresas dedicadas al tráfico emisivo por ser estas causantes de la perdida de divisas.
Es extraño que no se analice que lo que fundamenta la medida es en primer lugar la falta de demanda producida por la situación epidemiológica que atraviesa la mayor parte de los países del mundo.
Muertes al 4/2/2021

¿Cuál es el error en limitar el tráfico con los países con mayor cantidad de contagios y muertes? ¿Qué tiene que ver la implementación del REPRO II con este tema? ¿Cuál es la relación de la innegable ausencia de una Política de Estado sobre el turismo con esto? ¿Esa política, hoy inexistente, debería contemplar que los argentinos viajen al exterior, o desarrollar el país turísticamente?
Sobre limitar la salida de dólares vía el turismo, nada indica que los niveles de tráfico actuales puedan ser preocupación del equipo económico, no obstante no sería extraño que la situación de las reservas de divisas del país, provoque en un futuro cercano que las ventas emisivas deban ser realizadas en dólar billete.
No es menos cierto que estas u otras opiniones se potencian con la otra pandemia, la informativa, en la que los diferentes medios aportan su cuota de desconcierto.
Dejando atrás “Los brotes verdes”, la afirmación que la primera actividad que se reactivaría sería el turismo, o que a los argentinos nos encanta viajar y no renunciaremos a hacerlo y otras similares, en el estado actual de la situación, esta semana un medio mexicano, autoproclamado “El Multilatino Turístico Líder” casualmente llamado Reportur (cualquier similitud del nombre con Report es pura coincidencia, no es una burda copia), publicaba:

En el desarrollo de la nota publicada precisamente cuando se anunciaba que se limitaban los vuelos, decía:
“Los argentinos que optaron por viajar al exterior eligen viajar de a 2, los meses de inicio de viaje son febrero, marzo y abril y continúan con un tipo de ventas para agosto y septiembre”, comentaron desde Tije Travel”
De ser cierto ese comentario, sería bueno que el conjunto de los colegas, le pregunten a la empresa referida cómo hace, ya que suena tan interesante como inverosímil.
La “información” contrasta lamentablemente con la realidad. Los pasillos comerciales de Aerolíneas Argentinas recibieron con beneplácito la reducción de sus frecuencias ya que la ocupación no justificaba la programación que existía.
Las cifras de pasajeros brindada por Migraciones de Ezeiza, muestra que en todos los vuelos la ocupación distaba de ser rentable para las compañías. El INDEC muestra que en el mes de diciembre del 2020 salieron de Ezeiza 53.588 pasajeros argentinos, contra 240.115 del 2019 y las ponderaciones para el mes de enero arrojan aproximadamente 64.280 viajeros.
Vincular la magnitud de los perjuicios económicos que sufre el sector a la reducción de frecuencias implementadas, es ignorar la gravedad de la situación ocasionada por la pandemia.
Frente a eso, se pueden opinar sobre las diferentes medidas que el Gobierno Nacional debería adoptar, pero no simplificar que la situación de las agencias y/o operadores se agrava por la restricción de los vuelos.
Y allí seguramente aparecen las contradicciones de una actividad que siempre reclamo la libertad del mercado, la autorregulación, la ley de la oferta y la demanda, la no intervención estatal, etc. Hoy parecería cambiar de opinión, reclamando que el estado asuma el costo de mantener las empresas.
Tal vez sería prudente y previsor, pensar qué pasaría si tal como se solicita, se prorrogase el ATP hasta junio, e imaginar qué puede llegar a cambiar después del 1ero de julio.