El turismo para proteger el medio ambiente
Para el presidente de Embratur, el sector puede ser un valioso recurso contra las actividades ilegales que amenazan a la naturaleza y la biodiversidad.
Marcelo Freixo, presidente de Embratur —la Agencia Brasileña de Promoción del Turismo Internacional—, estima que hay que ofrecer alternativas sustentables para combatir la minería ilegal y la tala de bosques en las regiones amazónicas brasileñas. Su organismo pretende intensificar el turismo en áreas de preservación ambiental y que actualmente sufren una alta incidencia de actividades ilegales, como la minería y la deforestación para el contrabando de madera.
La intención, afirma el funcionario, es crear alternativas para lugares como la región de los pueblos originarios yanomami, para combatir las acciones criminales que se han arraigado como motor económico local. Declaró durante una entrevista publicada por el diario Folha de Sao Paulo que “donde hay minería ilegal, hay que sacarla de allí. ¿Qué actividad económica la va a sustituir? Porque si no la tienes, ¿qué va a pasar con el pueblo, el mercado y la generación de empleo? Hoy, el turismo puede sustituir las actividades económicas ilegales que amenazan el medio ambiente y a los pueblos originarios”
Freixo agregó que “el turismo entra como una alternativa de posible respuesta a la crisis para generar crecimiento económico. Cuando promocionas Brasil, promocionas el Brasil que protege la Amazonia, y la gente quiere conocer la selva. Pero la gente no quiere conocer una selva devastada, sino preservada. Cuando hablamos de ecoturismo, se trata de una postura política”.
Estas declaraciones concuerden con la mega operación que está llevando actualmente el gobierno brasileño para expulsar a los mineros del territorio indígena yanomami, en el estado amazónico de Roraima.
Cabe recordar que el martes de la semana pasada, los organismos que gestionan el comercio exterior de Brasil (ApexBrasil – Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones e Inversiones y Embratur) presentaron la nueva marca país de Brasil, con un logotipo que ya había sido utilizado entre 2005 y 2019. Según se anunció ese día en Brasilia, la medida forma parte de una nueva estrategia de posicionamiento de la imagen de Brasil, ahora centrada en la sustentabilidad y el cuidado del medio ambiente.