WTM Latin America: un lugar para debatir sobre tecnología e innovación
Cuando este año comience a rodar el tren de alta gama entre Miami y Orlando, la experiencia de los viajeros en el Estado del Sol cambiará por completo.
La operación de Brightline Trains, el tren de pasajeros de lujo de Florida, ya está en marcha. Actualmente, 15 formaciones diarias unen Miami y West Palm Beach, con paradas en Aventura, Fort Lauderdale y Boca Ratón. Sin embargo, la expectativa está puesta en la inauguración del segundo tramo, prevista para el segundo semestre del año, que conectará Miami y Orlando.
La nueva propuesta busca consolidarse como una experiencia de alta gama que enlace rápidamente los destinos turísticos más populares del estado, “localidades que estén lo suficientemente alejadas para conducir, pero cuya distancia sea demasiado corta como para utilizar el avión”, señaló Gabriel Martínez, vicepresidente de Distribución y Canal de Ventas de la compañía.
El directivo también explicó que la idea del proyecto surgió para aprovechar la infraestructura ferroviaria de carga existente a la que se sumó el tramo a Orlando, cuya estación está situada en la Terminal C del aeropuerto. El objetivo es ofrecer un producto turístico único, que se destaque tanto por la calidad de sus instalaciones, acomodaciones y servicios como por sus estaciones.
El trayecto completo durará alrededor de tres horas y “será una experiencia más que un simple traslado”, enfatizó Martínez. “Vamos a tener un sistema de conectividad en el estado en donde ya no será necesario un auto”, lo que garantizará “otro nivel de relajación y descanso durante unas vacaciones en Florida”.
En esa línea, exhortó a los agentes de viajes a comercializar el producto para que sus clientes puedan prolongar su estadía. “Después de una larga jornada de parques, los turistas pueden optar por un confortable viaje en tren y terminar sus vacaciones con unos días de playa en Fort Lauderdale o West Palm Beach”, apuntó.
Por último, destacó que Brightline ofrece dos tipos de categoría. La clase Premium cuenta con tres asientos por fila e incluye alimentación en un salón privado, mientras que la Smart tiene cuatro butacas por fila y no tiene incluidos los snacks.