KLM invita a sus pasajeros a usar el tren
La compañía holandesa prefiere que se use la alternativa ferroviaria del Thalys para viajar entre Ámsterdam y Bruselas. Es para reducir la contaminación ambiental.
Al igual que varias otras compañías europeas -incluyendo su socia Air France-, KLM reduce su actividad sobre conexiones de corta distancia. Empezó este plan de acción reorientando a los pasajeros de su ruta entre Ámsterdam y la capital del país vecino Bélgica, hacia el tren de alta velocidad franco-belga Thalys. La opción ferroviaria representa actualmente solamente una cuarta parte del tránsito total entre las dos ciudades. Los Países Bajos, en el corazón de Europa Occidental, quieren reducir su dependencia al transporte aéreo cuando se trata de destinos cercanos como Bruselas, París, Londres o ciudades alemanas.
Marjan Rintel, presidenta y CEO de KLM, es partidaria de suprimir directamente los vuelos de esta ruta, cuando sea factible. La empresa compró, por lo tanto, asientos en trenes para reubicar a sus pasajeros. Pero no pudo proceder todavía a la cancelación del servicio por falta de ajustes en los horarios y las frecuencias de los servicios y de las correspondencias.
En Francia, se optó también por favorecer el tren sobre el avión cada vez que haya la posibilidad de realizar el mismo viaje en menos de dos horas. En Bélgica, se eligió aumentar las tasas sobre los vuelos de corta distancia desde Bruselas y hacia aeropuertos europeos cercanos.
En el caso de la conexión entre Ámsterdam y Bruselas, la distancia es de 300 km y el viaje en avión dura menos de 45 minutos. Cuenta por el momento con cuatro servicios diarios de KLM, al igual que con el tren. El viaje a bordo del Thalys dura menos de dos horas. Resulta tardar lo mismo que el avión, cuando se suman los tiempos de espera y de controles de seguridad en los aeropuertos.
Marjan Rintel declaró a un diario neerlandés que “si hay conexiones, si las conexiones son buenas, si llegan a Schiphol, si funcionan también los fines de semana, entonces estamos más que dispuestos a dejar de volar a Bruselas. Estamos reubicando a nuestros clientes del avión al tren. Es escandaloso que en una época de emergencia climática sigamos teniendo estos vuelos que tienen un impacto climático 14 veces mayor que el tren”.
Para que la supresión de la ruta sea total, la ejecutiva quiere que haya más frecuencias de ferrocarril, sobre todo los fines de semana, y que haya servicios a primera hora de la mañana. Agregó al respecto que “es demasiado fácil decir ‘vamos a prohibirlo’ y no poner trenes. Entonces la gente va en coche y eso es aún peor”.