La reactivación del emisivo internacional chino en veremos

La muy estricta política 0 Covid de las autoridades comunistas dejó secuelas todavía profundas en el transporte aéreo. La reactivación de los vuelos y del turismo hacia el extranjero es mucho más baja de lo esperado. 

Los países que apostaron sobre el regreso de los turistas chinos comprueban que el gigante asiático tiene muchas dificultades en dar vuelta la página de la pandemia. El país desde donde brotó el virus está además golpeado por una intensa crisis económica que frena aún más los esfuerzos de normalización actuales. En agosto de 2023, la capacidad internacional de las aerolíneas chinas apenas alcanzaba el 50% de los niveles previos a la pandemia de 2019, según datos de OAG. 

Tres países son particularmente afectados, porque buena parte de su receptivo internacional descansaba sobre grupos y turistas chinos. Se trata de Corea del Sur, Japón y Tailandia. Cada uno tenía más de un millón de asientos en aviones desde los aeropuertos chinos en agosto de 2019. En comparación, para igual mes de este año, Corea del Sur cuenta con una capacidad de 600.000 asientos (+ 42 %); mientras que Japón y Tailandia estuvieron aún más rezagados, con – 55 % y – 62 %, respectivamente.

Entre los 10 principales mercados internacionales de 2019 para el emisivo chino, Singapur es el que mejor se recuperó, aunque tampoco regresó a una plena conectividad (- 20 % en comparación con la prepandemia). Estados Unidos es el que menos recompuso sus rutas aéreas con China. Su capacidad actual es de tan solo 7 % en comparación con 2019 (500.000 asientos mensuales aquel año contra 35.000 el mes pasado). 

La mayoría de los destinos que esperan ver a turistas chinos de nuevo estiman que no se normalizarán los flujos antes de 2026. Si bien el Gobierno chino autorizó los viajes al exterior, los operadores y las aerolíneas admiten que no hay demanda. Un comunicado de OAG explica incluso que “una combinación de factores sigue influyendo en la capacidad de los mercados turísticos para convencer a los viajeros chinos de que regresen: las restricciones de viaje, que han afectado tanto a la capacidad de viajar como a la percepción de la facilidad para hacerlo; la ralentización de la economía china, la comprensión por parte de muchos chinos de que los viajes internos en un país tan vasto como su país de origen ofrecen un sinfín de oportunidades sin necesidad de pasaporte ni visado. La competencia para atraer al turista chino, que antes gastaba mucho, es y seguirá siendo feroz, con actividades promocionales tanto en China como a través de diversos canales digitales. No hay duda de que la recuperación está en marcha pero aún no está claro si veremos una recuperación total en todos los mercados, con volúmenes similares de viajeros y el mismo nivel de gasto”.