Advierten sobre el encarecimiento de los pasajes en la región

Un informe de Bloomberg analiza la evolución de los precios para volar en América Latina desde el fin de la pandemia y destaca que “el bolsillo de los viajeros se resiente”. 

Varios factores como la invasión de Ucrania por Rusia y ahora el ataque del grupo terrorista Hamas en Israel provocaron impactos en el precio de los combustibles desde el fin de la pandemia. Pero al mismo tiempo, la región sufre de problemas macroeconómicos propios, de los marcos regulatorios y de la debilidad de sus monedas. Son factores que influyen directamente sobre el acceso de las poblaciones a pasajes aéreos, algo que se dificulta cada vez más, para buena parte de la población de América Latina y el Caribe. 

Según ALTA (la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo), el jet fuel en julio de este año fue un 27 % más caro que en igual mes de 2021. El crudo WTI también fue superior en ese periodo de hace dos años. El jet fuel es un importante componente del precio de los pasajes aéreos ya que representa una tercera parte de los costos de las compañías de aviación. Su fluctuación se repercute directamente en el precio de los pasajes. A esta inflación se suman las de cada economía en la región y algunos problemas más puntuales como la suma de impuestos aplicados sobre el transporte aéreo en la Argentina. 

En relación al precio del combustible, el CEO de JetSmart, Estuardo Ortiz, comentó a Bloomberg que “en lo que llevamos de 2023, el jet fuel ha mantenido altos niveles de precios y frente a la incertidumbre geopolítica, este factor puede acentuarse, afectando los precios de los tiquetes aéreos, que al final también estarán mediados por el comportamiento de la oferta y la demanda”.

A pesar de esto, el sector muestra una buena resiliencia y la demanda se recuperó notablemente desde la crisis sanitaria de 2020. En varios países de la región se superaron incluso las capacidades prepandemia.  El informe de Bloomberg matiza el panorama y detectó problemas serios como “mayores tasas de interés y la falta de inyección de capital en segmentos como el de bajo costo, que desencadenó el cese de operaciones de dos aerolíneas en Colombia”, haciendo referencia a Viva y Ultra Air.

A pesar de no haber logrado su plena recuperación en algunos mercados, hubo un total de 29,2 millones de pasajeros en Latinoamérica y el Caribe en junio de este año. Es un 1,8 % más que en 2019. Este incremento se debe principalmente al dinamismo de los mercados domésticos. “El tráfico internacional de pasajeros dentro de la región es el segmento de más lenta recuperación, ya que se ubicó un 8,1% por debajo de sus niveles de 2019”, completa el informe del medio norteamericano. Los mercados que se destacaron en este panorama son Colombia, con + 40 % de su tráfico internacional (en relación con 2019) y México (+ 12 %). 

Estos dos países sacan provecho de una industria que tiene mucho para aportar. El transporte aéreo es un actor importante del sector del turismo y los viajes que representará este año un 7,9 % del PIB total de América Latina y el Caribe según el WTTC. Es entonces importante vigilar su comportamiento e incentivar su dinamismo. 

No es siempre el caso, ya que el mismo analísis de Bloomberg precisa que “los billetes aéreos en Latinoamérica y el Caribe han sufrido fluctuaciones significativas en los últimos años y el cierre de 2023 podría no ser la excepción. El impacto se debería a factores que van desde el alto precio de los combustibles, que se podría complicar con la guerra en Oriente Medio, y los demás costos operativos de las aerolíneas en medio de la inflación, hasta la situación económica de la región y el panorama regulatorio. Los precios de los principales destinos aéreos en América Latina presentan una dinámica mixta, pues mientras rutas como Buenos Aires-Cancún subieron un 5 % para viajar en los próximos tres meses y la de Ciudad de México–Medellín tuvo un incremento de un 16 %; otras como San Pablo-Santiago de Chile están un 13 % más baratas”.