Cambiar todo para que nada cambie
El resultado de la primera vuelta electoral del 22 de octubre no alcanzó para despejar incertidumbres y dejó varias sorpresas: sobre todo la que dio el oficialismo con su inesperada victoria, ubicándose lejos delante de sus rivales y en primera línea para el balotaje con el libertario Javier Milei.
Las lecturas del resultado no son tan fáciles pero predomina una sensación de “más vale malo conocido” o “cambiar todo para que nada cambie”. Porque al menos hasta noviembre no se vislumbra cambio alguno: a corto plazo, seguirán las intervenciones en el mercado para contener la disparada del dólar (léase la desconfianza en el peso) y las restricciones de todo tipo.
Para el turismo, es otra vez un “wait and see”: sin anuncios precisos a la vista, anuncios que probablemente los candidatos dosificarán en función de lo que les digan sus encuestas, seguirán el desdoblamiento del dólar, la incertidumbre a la hora de pagar el resumen de la tarjeta y los numerosos recargos que gravan el emisivo.
Para el receptivo es probable que continúen las buenas noticias, de la mano de una “Argentina barata”, que sin embargo debería enfocarse en superar el “turismo de supermercado”.
Una eventual continuidad de Massa en el gobierno permite pensar en la continuidad también del Previaje, una iniciativa celebrada por gran parte de los actores del turismo nacional. Siempre y cuando futuros acuerdos con el FMI y eventuales reducciones del gasto público —probablemente inevitables, independientemente del color de quien gane— lo permitan. En cuanto al tipo de cambio, es la gran incógnita: pero en lugar de despejarse en octubre o noviembre, se postergará hasta diciembre y la asunción del nuevo gobierno. En cuanto a una eventual victoria de Milei, cabe esperar un recorte drástico en al menos ciertos sectores del Estado, y una escasa atención al turismo, que hasta ahora no parece haber figurado en las prioridades del candidato.
Por lo tanto, en medio de un panorama volátil, donde la única seguridad es la polarización, habrá que esperar las definiciones de las próximas semanas para tener más claro lo que vendrá. En otras palabras, habrá que desensillar hasta que aclare.