Ámsterdam le da la espalda a los cruceros
Para limitar los efectos negativos del sobreturismo, el puerto holandés reducirá a la mitad la cantidad de escalas de los barcos y desplazará su terminal.
Al igual que Barcelona, Venecia, Dubrovnik o Brujas, Ámsterdam es uno de los destinos europeos víctimas de un masivo e incontrolable éxito turístico. Para luchar contra el turismo excesivo, sus autoridades decidieron limitar la llegada de barcos de cruceros y para dentro de unos diez años, quiere cerrar por completo la actual terminal de cruceros.
El edificio está a tan solo 15 minutos del centro, caminando. Fue inaugurado en el año 2000 y superó todas las expectativas del Municipio, ya que es unos de los factores de la actual situación de saturación turística que se vive en la ciudad. Actualmente, recibe 190 barcos al año y se limitará a 100 a partir de 2026. Además, los barcos deberán imperativamente utilizar la energía eléctrica del puerto en tierra. Según la CLIA solo el 35 % de los barcos que atracan actualmente en Ámsterdam cuentan con el equipo adecuado.
La reducción de la cantidad de cruceros en Ámsterdam forma parte de un conjunto de más de 100 medidas para limitar el crecimiento del turismo y luchar contra lo que el Municipio califica de “molestias”. Hester van Buren, el alcalde adjunto, dijo que “el crucerismo es una forma de turismo muy contaminante, que contribuye con el exceso de afluencia y las emisiones contaminantes en la ciudad. Al limitar los cruceros marítimos, exigir energía eléctrica en tierra y proponerse trasladar la terminal de cruceros de su ubicación actual en 2035, estamos aplicando de forma responsable la propuesta del Consejo de poner fin a los cruceros marítimos”.
