Oropouche y mpox, las nuevas epidemias que ponen al turismo en alerta

Profesionales del turismo, autoridades sanitarias y la opinión pública siguen con mucha atención el desarrollo de dos epidemias. La primera se asocia directamente con América Latina —y más particularmente Brasil y Cuba— como foco de propagación. La segunda se esparce desde África y no hay suficientes vacunas para frenarla en este momento. 

La fiebre de Oropouche es una enfermedad zoonótica producida por el virus Oropouche, transmitido a los humanos principalmente por la picadura del jején Culicoides paraensis.  El virus fue bautizado con el nombre de una localidad de Trinidad y Tobago, Vega de Oropouche, donde los primeros casos fueron documentados en 1955. 

El jején es un insecto que se encuentra en América del Norte, América Central y Caribe, llegando hasta Argentina y Uruguay, con presencia abundante en los meses cálidos y lluviosos. El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) informa que se detectaron decenas de casos, en viajeros que regresaron de sus vacaciones en América Latina y el Caribe. El virus preocupa sobre todo en España, donde se han detectado casos en Madrid, Canarias, Galicia, Andalucía y el País Vasco, todos importados. María del Mar Tomás, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas, recomendó que cualquier persona que haya viajado a Sudamérica y que, en el plazo de unos días, presente síntomas compatibles con el virus Oropouche, acuda a un servicio de salud para ser diagnosticada por un profesional sanitario.

Brasil, con más de 7.200 casos en 2023, y Cuba son los principales focos del virus en Sudamérica y el Caribe, aunque otros países de la región también han registrado casos. Aunque no hay transmisión entre humanos, las autoridades sanitarias europeas están en alerta y la noticia se ha difundido en los medios de comunicación europeos. La muerte de dos mujeres en Brasil a raíz de esta enfermedad disparó niveles de preocupación altos entre los viajeros potenciales hacia ese país y regiones tropicales de Sudamérica. 

En paralelo a estas alertas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la emergencia médica mundial por el brote de monkey pox, o viruela del mono. El director del organismo mundial, Tedros Adhanom Ghebreyesus, decretó una emergencia global de salud por los brotes que salieron de la República Democrática del Congo y otros países de África. Hay casos confirmados en muchos países ya y si bien existe una vacuna, las dosis disponibles son pocas para hacer frente a una potencial epidemia de gran envergadura. Los casos confirmados afectan a niños y adultos. Además, se comprobó la propagación de una nueva forma del virus, más peligrosa que la conocida hasta ahora.

“La situación constituye una emergencia de salud pública de importancia internacional”, dijo el responsable de la OMS, en una rápida reacción que contrasta con la demorada respuesta del organismo cuando estalló la pandemia de Covid-19. “La posibilidad de una mayor propagación en África y más allá es muy preocupante”, agregó.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África anunciaron días atrás que la viruela del mono provocó alrededor de 500 muertes en lo que va del año, así como 14.250 infecciones: esto representa un 160 % más que el año pasado, mientras escasean las vacunas que podrían frenar el avance de la enfermedad. Además de la República Democrática del Congo, que concentraba la mayoría de los casos, la cepa se halló en Kenia, Ruanda, Burundi y República Centroafricana. Las autoridades sanitarias temen que siga propagándose y, como ya ocurrió en 2022, el virus salte también a Europa. Además, la variante ahora identificada es más letal que la cepa que provocó la epidemia de 2022.

La viruela del mono se transmite de los animales a los seres humanos mediante el contacto directo con la sangre, los fluidos corporales, o las lesiones cutáneas de animales contagiados (monos, pero también ardillas, ratas y otros pequeños roedores). Las personas infectadas tienen ampollas y erupciones en el rostro, las manos, los pies, la ingle y los genitales, todo acompañado por fiebre, inflamación de los ganglios y dolores musculares.