Argentina, turismo de compras a los cuatro vientos

Lejos de los tiempos en que los turistas extranjeros, sobre todo limítrofes de Chile, Brasil y Uruguay, venían de shopping a nuestro país, ahora son los argentinos los que alimentan un turismo emisivo que se va con valijas vacías y las llena afuera.

Las complejidades económicas de la Argentina podrían llenar varios volúmenes de investigación, pero probablemente sin lograr nunca una respuesta clara a los vaivenes que sacuden el bolsillo de los argentinos, viajeros incluidos.

De la magnitud de la crisis no hay muchas dudas. Pero por esas rarezas del tipo de cambio, la Argentina sigue enviando turistas el exterior, mientras la llegada de extranjeros sigue cayendo.

Según cifras del Indec, el pasado julio el flujo interanual de visitantes extranjeros se redujo 21,2 %, mientras un 30,5 % más de residentes argentinos viajaron al extranjero: un crecimiento notable donde la parte del león se la llevan los viajes a países limítrofes (Chile sobre todo) para “llenar el carrito”.

En las vacaciones de invierno,  ingresaron 959.00 no residentes, de los cuales  508.800 fueron turistas y 450.000, excursionistas (quienes no pernoctan). El 78,8 % del turismo receptivo provino de países limítrofes, con un aporte del 34 % de Brasil, 22,2 % de Uruguay y 10 % de Chile.

En cuanto al emisivo, hubo 1.190.400 salidas de residentes, de las cuales 666.600 correspondieron a turistas y 523.800 a excursionistas. Los principales destinos fueron Brasil, con un 19,1 %; Chile, con el 17,9 %; y Paraguay, con el 16 %. 

Para el verano, la tendencia parece destinada a mantenerse, ya que la Argentina está cara en dólares, una afirmación que hizo el propio ministro de Economía, Luis Caputo, a mediados de julio. La inflación en dólares que sufre la Argentina desde fines de 2023 impulsa el fenómeno: los viajeros argentinos con buen poder adquisitivo no pueden sino mirar con simpatía hacia Chile, un país con menor carga impositiva y menores aranceles para las importaciones, que ofrece, por lo tanto, buenos precios al viajero argentino. El regreso de los “tours de compras” lo confirma: incluso con el viaje de ida y vuelta, el shopping trasandino sigue siendo conveniente.

Los medios chilenos y uruguayos se hacen eco del fenómeno y suelen publicar notas donde comparan los precios de un lado y otro de la frontera: la conclusión es que la ropa, el calzado y los productos tecnológicos, pero hasta los chocolates y galletitas, pueden comprarse en Chile por precios que van de un 20 % a un 50 % menos.

Las cifras lo confirman: en julio de este año viajaron a Chile 119.200 argentinos, 145,6 % más que en el mismo mes de 2023.  No es el único destino, sin embargo: los argentinos están viajando más también a Bolivia, Paraguay y Uruguay, aunque este último país, al igual que Brasil, no es tanto un destino de compras, sino que resulta un destino vacacional tradicional para los argentinos.

Y como cada vez que se registra el crecimiento del emisivo, el gran interrogante es sobre la evolución de las reservas del Banco Central, sobre todo ahora que el Gobierno redujo la alícuota del Impuesto PAIS para las importaciones (si bien no se tocó el “dólar tarjeta”). No solo: también se intervino en los dólares financieros, con la expectativa de contener las cotizaciones.

Quizá el factor de equilibrio pueda venir de parte de los dólares del blanqueo, una medida que Javier Milei también está impulsando con fuerza. Habrá que ver si será suficiente para compensar la creciente salida de divisas por turismo, que en julio sumaron US$ 634 millones.