En 2024, reestructuración. ¿En 2025, privatización?
Aerolíneas Argentinas se encuentra en una encrucijada histórica. La pelea entre los gremios y el Gobierno debilitó a la empresa durante el año pasado, en tanto se logró una transformación que parecía imposible y muestra señales de rentabilidad.
El año había apenas empezado cuando Aerolíneas Argentinas fue objeto de un completo informe difundido en todo el mundo, por la agencia internacional Reuters. Allí, se plantea la pregunta que se vienen haciendo los pasajeros de la compañía desde hace muchos meses. ¿Qué futuro tiene la empresa? ¿Conviene comprar pasajes o esperar una definición más clara? ¿El conflicto con los gremios se intensificará este año? ¿Aerolíneas es viable sin los aportes del Estado? Esas preguntas recurrentes quizás tendrán una respuesta en este año electoral que va a ser de suma importancia Javier Milei y su equipo.
Recordemos que desde principios de 2024 la empresa atraviesa un proceso de reestructuración drástico, para reducir costos, optimizar operaciones y ¿preparar el terreno para una eventual privatización? La actual dirigencia de la empresa realizó recortes de personal, eliminó rutas no rentables y redujo las prestaciones a bordo. Estas iniciativas lograron una mejor competitividad y al mismo tiempo una fuerte resistencia política y sindical.
Aerolíneas Argentinas ha sido durante décadas un símbolo de conectividad nacional en un país con vastas distancias y regiones remotas. Más allá de su función comercial, la aerolínea cumple un rol estratégico en el transporte y en la identidad nacional. Sin embargo, su sustentabilidad financiera ha sido un desafío constante, acumulando subsidios estatales por más de US$ 8.000 millones desde su reestatización, entre 2008 hasta 2023. Esta cifra es uno de los principales motivos que avanza el actual Gobierno para defender el proyecto de privatización. Según Javier Milei, la aerolínea no puede continuar siendo una carga para el Estado: “O se privatiza o se cierra, pero no seguirá siendo estatal”, afirmó en varias ocasiones.
El informe de la agencia internacional repasa los principales puntos de la estrategia para atraer a potenciales inversores: – Reducción de personal (ya se ha despedido al 13 % de la plantilla)
– Eliminación de rutas deficitarias (el recorte ya alcanzó varias conexiones domésticas y las rutas a Cuba y Nueva York)
– Reducción de servicios a bordo
Gracias a estas acciones, Aerolíneas Argentinas pudo reportar un beneficio por primera vez en años, aunque haya sido a costa de menores servicios y fuertes tensiones laborales
Entre los posibles interesados en la empresa figura el Abra Group, que controla Avianca y Gol, aunque las conversaciones se encuentran en etapas iniciales. Analistas señalan que una venta completa sería complicada debido a la alta politización de la empresa y su historial financiero. Una alternativa podría ser la venta parcial, sobre el modelo de la compra de ITA Airways por Lufthansa en Europa. Otra opción que baraja el presidente es “ceder” la aerolínea a sus propios empleados, algo que fue rechazado por los sindicatos, que consideran que la empresa no es sustentable.