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Los centros de información turística se convierten en una atracción en Asia

Mientras en Occidente desaparecen, los centros de información turística en Oriente se multiplican y se transforman en experiencias culturales, interactivas y altamente valoradas por los viajeros.

En un mundo donde los smartphones y las redes sociales parecen haber reemplazado a los tradicionales puntos de información, El Extremo Oriente desafía la tendencia global. Lejos de desaparecer, los centros de atención al turista en países como Japón, Corea del Sur y Tailandia se están multiplicando y reinventando, convirtiéndose en verdaderos atractivos turísticos por derecho propio.

Mientras que en Occidente, ciudades como París han cerrado sus últimos puntos de información turística y países como Escocia prevén eliminar todos los suyos antes de 2026, en Asia ocurre todo lo contrario: se abren nuevos centros cada año, diseñados no solo para orientar, sino para conectar emocional y culturalmente con los visitantes.

Japón y Corea del Sur lideran la nueva era del turismo presencial.

Uno de los casos más emblemáticos es Japón, donde entre 2018 y 2024 se inauguraron más de 250 nuevos centros turísticos. Estos espacios no solo brindan información en múltiples idiomas, sino que también ofrecen actividades interactivas, clases culturales, juegos para niños y una experiencia personalizada que va mucho más allá de un simple mapa.

En Corea del Sur, el número de centros pasó de 300 en 2015 a 638 en la actualidad, incluyendo unidades móviles en zonas populares como Myeongdong (Seúl), donde empleados vestidos con camisas rojas y sombreros distintivos asisten en inglés, japonés o chino a los miles de turistas que recorren el área.

Según Xiang Li, director de la Escuela de Hotelería y Turismo de la Universidad China de Hong Kong, esta diferencia se explica por el perfil del turista asiático: “Los turistas asiáticos suelen valorar las orientaciones estructuradas y el contacto humano. Muchos enfrentan barreras idiomáticas o no tienen experiencia en viajes internacionales, por lo que el apoyo presencial es clave”.

En Japón, estos centros son además parte de una actividad cultural conocida como stamp rallying, que consiste en coleccionar sellos turísticos disponibles en estaciones de tren, templos, museos y —claro— centros de información. Muchos turistas usan un “pasaporte turístico” para reunir los sellos de cada lugar visitado. El fenómeno es tan popular que surgieron apps como StampQuest, creada por el empresario tailandés Patrick Pakanan, inspirado en su esposa, una coleccionista entusiasta.

El auge de estos centros responde a una visión más hospitalaria, interactiva y cultural del turismo, que prioriza el encuentro humano y la conexión con la comunidad local. Son espacios vivos, donde el viajero encuentra no solo orientación, sino también hospitalidad, historia, identidad y calor humano. En tiempos de hiperconectividad, el contacto real, un rostro amable y el saber local son más que nunca valores esenciales para los destinos asiáticos.

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