El nuevo lujo: discreción, privacidad y sustentabilidad
Una nueva concepción del segmento más alto redefine la industria del turismo global. Ahora se busca menos ostentación, más autenticidad, una verdadera conexión emocional y un sólido compromiso ambiental.
El informe State of Travel 2025, elaborado por la consultora de tendencias Globetrender en alianza con American Express Global Business Travel, analiza los principales cambios que están moldeando el futuro de la industria de los viajes. Basado en datos de comportamiento, entrevistas con expertos y análisis de mercado, el documento identifica diez macrotendencias que redefinen cómo, por qué y con qué valores se viaja en la actualidad. Entre ellas, una de las más significativas es la transformación del concepto del turismo de lujo.
Atrás quedó el lujo ruidoso, visible y acumulativo. En 2025, una nueva manera de encarar la sofisticación moldea las decisiones de los viajeros de alto poder adquisitivo. Según Globaltrender y Amex GBT, se buscan experiencias personalizadas, privacidad absoluta, impacto ambiental reducido y un vínculo emocional con el destino. Esta transformación del concepto de lujo está directamente relacionada con los valores contemporáneos de bienestar, conciencia ambiental y búsqueda de sentido. “El lujo ya no es lo que uno tiene, sino lo que uno siente”, resume el informe. Hoy, lo exclusivo se mide por la calidad del tiempo, la posibilidad de desconexión, la personalización extrema y la autenticidad de la experiencia.
- Discreción y privacidad: según el estudio, una de las prioridades para los viajeros premium es mantener su anonimato. Alojamientos pequeños, villas privadas, servicios sin contacto y traslados confidenciales son cada vez más demandados. Los destinos menos masivos, pero con infraestructura de alto nivel, ganan protagonismo. El lujo se vuelve invisible para todos, menos para quien lo vive. Las marcas de hospitalidad también responden a esta demanda. Se multiplican los hoteles boutique con entradas privadas, registros sin mostrador y atención sin invasión. Incluso, el concierge tradicional cede paso a asistentes digitales personalizados que no interfieren, pero están disponibles a un clic.
- Sustentabilidad real: otra característica central del nuevo lujo es la sustentabilidad real. No se trata solo de iniciativas simbólicas o estrategias de marketing, sino de una gestión concreta y medible. El informe destaca que los viajeros de alta gama están dispuestos a pagar más por alojamientos y experiencias que minimicen el impacto ambiental y beneficien a las comunidades locales. Esto se traduce en elecciones como estancias neutras en carbono, menús de kilómetro cero, reutilización de materiales y cero plásticos de un solo uso. Además, la trazabilidad del impacto es clave: los consumidores exigen saber exactamente cómo y dónde se aplican las prácticas responsables.
- El valor de lo intangible: el informe también señala un auge del lujo emocional, donde la conexión con uno mismo, con otros o con la naturaleza tiene más valor que los bienes materiales. En esta lógica, cobran relevancia los retiros espirituales, los viajes slow, las experiencias inmersivas en la cultura local y los momentos únicos diseñados a medida. Por ejemplo, experiencias como aprender a cocinar con una abuela local en Sicilia, dormir en un faro restaurado en la costa atlántica o realizar una expedición con biólogos marinos en el Ártico reemplazan al tradicional “todo incluido”. No se trata de mostrar, sino de sentir. Y ese es, para muchos, el verdadero lujo.
- Tecnología silenciosa: finalmente, el nuevo lujo también incluye innovación tecnológica, pero aplicada con discreción. La conectividad está garantizada, pero de forma no invasiva: iluminación y temperatura automáticas, inteligencia artificial que aprende los hábitos del huésped, asistentes virtuales que gestionan reservas, y sistemas que permiten “desconectar para reconectar”.