La baja del precio del combustible da alivio a la aviación en 2025
La caída en los precios del combustible para el sector a nivel global está representando un respiro para las aerolíneas. El kerosén es uno de sus principales costos operativos.
Según datos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), el precio promedio del barril de combustible se ubica este año en torno a los US$ 86, frente a los 99 de 2024. La diferencia supone un ahorro estimado de US$ 25.000 millones a nivel global. Entre los factores que explican esta tendencia se encuentran la depreciación del dólar frente a otras monedas, que abarata el barril para ciertos mercados, y un leve incremento en la producción de combustibles sostenibles de aviación (SAF), que aunque aún representan apenas el 0,7 % del consumo total, duplicarán su participación a lo largo de este año 2025.
La mejora ya se refleja en los balances de algunas aerolíneas. Algunas reportaron una reducción a la mitad de sus pérdidas en el primer trimestre del año, impulsado por la baja del combustible y una demanda aérea que se mantiene sólida. Sin embargo, especialistas advierten que el escenario sigue siendo frágil. Los conflictos en Ucrania y Medio Oriente, o disrupciones en la cadena de suministro, podrían revertir la tendencia y volver a presionar los precios del kerosén.
A su vez, el alivio en el gasto de combustible contrasta con el aumento en otros rubros, como salarios y mantenimiento. También preocupa el retraso en la renovación de flotas. Depender de aviones menos eficientes podría incrementar el impacto de una eventual suba en los precios de la energía.
También hay que tener en cuenta que la baja del combustible no siempre se traslada al consumidor. En la mayoría de los mercados, las aerolíneas mantienen los valores de los pasajes, priorizando mejorar su rentabilidad tras años de fuerte presión financiera.