Aprendizajes de la feria que reúne al turismo global
La edición 2025 de WTE Miami, realizada los días 17 y 18 de septiembre en el Miami Beach Convention Center, ratificó su importancia como plataforma estratégica para la industria turística mundial. A lo largo de dos jornadas, el evento combinó innovación, networking estratégico y una visión internacional cada vez más diversa.
Miami Beach se convirtió esta semana en el punto de encuentro de la industria global del turismo en su edición de 2025 de WTE Miami (17-18 de septiembre), un momento de encuentro, innovación y definición de tendencias en un contexto que obliga a repensar cómo viajan las empresas, los destinos y los viajeros.
Un escenario internacional que crece
Desde las primeras horas del evento quedó claro que esta edición estará marcada por una diversidad aún mayor de la que se había visto hasta ahora. Con más de 300 expositores confirmados, la feria reunió destinos, aerolíneas, hoteles, agencias de viajes, empresas tecnológicas, y fomentó mucho interés desde mercados emergentes. Destinos latinoamericanos como Brasil, México, República Dominicana y Jamaica están representados de forma robusta, y hubo presencia de países menos tradicionales como Somalia, lo que demuestra que la demanda de ofrecer destinos “diferentes” crece.
Aerolíneas como Delta y compañías con alcance global, junto con destinos que apuestan al turismo ecológico o cultural, utilizaron esta plataforma no sólo para promocionarse, sino también para explorar alianzas estratégicas. Entre los principios del evento se reforzó la ventaja de Miami como hub de conexión entre América Latina, el Caribe y Estados Unidos, lo que facilita que los destinos latinoamericanos aprovechen su cercanía y la conectividad aérea para captar visitantes.

Matchmaking, innovación y valor agregado
Un elemento clave de WTE Miami 2025 ha sido su programa de B2B matchmaking, en el que compradores invitados (“hosted buyers”) y expositores sostienen reuniones pautadas que permiten no solo mostrar productos, sino cerrar contactos, conocer necesidades reales de distribución y explorar modelos de asociación. Esa estructura “medida” se vuelve cada vez más importante en un escenario en el que ya no basta con mostrar folletos, sino que se requiere construir redes reales de negocio.
Además, la innovación tecnológica tuvo un rol central: empresas de “travel tech” como distribuidores de alojamiento, herramientas para itinerarios dinámicos, plataformas que permiten conectar agentes, destinos y viajeros, están cobrando relevancia. Se vislumbran soluciones que priorizan eficiencia operativa, personalización de la experiencia y sostenibilidad.
En los stands y en los pasillos se habló de ecoturismo, de turismo experiencial, de cultura viva, de destinos menos explotados. Se está gestando una carrera por diferenciarse no solo por precio, sino por carácter, autenticidad, historia, naturaleza y responsabilidad ambiental.
Un rumor fuerte ha sido la oferta creciente de productos “boutique” o de nicho —ya sean hoteles ecológicos, hospedajes de comunidad, tours de naturaleza, gastronomía local— que buscan capturar al viajero que no solo quiere ver playas o monumentos, sino vivir experiencias menos estándar. También se visibiliza una mayor demanda de servicios vinculados al bienestar (wellness), al ocio de calidad y al turismo lento.
Pero no todo es optimismo sin matices. Hay desafíos palpables:
- convertir interés en reservas concretas: generar leads está muy bien, pero la industria necesita que esos contactos se transformen en viajeros reales, en ingresos, en ocupación hotelera, gasto turístico, etc.
- costos, logística, regulaciones: viajes internacionales aún enfrentan barreras que no todas las empresas o destinos dominan bien: visas, regulaciones sanitarias, fluctuaciones cambiarias, costos de transporte y de operación que siguen siendo altos.
- sustentabilidad real: muchos expositores prometen prácticas responsables, ecológicas, etc., pero el desafío será implementar esas promesas de manera consistente y verificable, sin que sean solo acciones de marketing.
- competencia creciente: con tantos destinos nuevos buscando captar atención, la saturación puede volverse un problema; destacar requerirá creatividad, diferenciación, ambición, pero también calidad.
Al terminar estas jornadas, queda la impresión de que WTE Miami 2025 no solo cumplió una función de feria, sino que reafirmó tendencias que ya se intuían y las puso en el centro del debate. Se reafirma el valor del networking profesional, la necesidad de productos turísticos más variados, la tecnología y la sostenibilidad como factores ya imprescindibles, y la urgencia de abrirse a nuevos mercados, aunque eso implique más riesgo.