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Caída pronunciada del turismo de compras de argentinos en Chile

El histórico cruce masivo de argentinos hacia Chile para aprovechar precios más bajos muestra actualmente un fuerte retroceso. Se explica por la rápida suba del dólar, el menor poder adquisitivo y la expansión de las compras online.

Este mes de septiembre está siendo marcado por poco movimiento en los pasos fronterizos entre Mendoza y Chile, en comparación con temporadas anteriores. Al mismo tiempo en Santiago y Mendoza, se nota una baja ocupación hotelera y menos entusiasmo en el comercio de ambas plazas. De la misma manera que se está frenando el turismo de compra de argentinos en Chile en la actualidad, llegaron menos chilenos al Cuyo (en una época habitualmente marcada por intensos movimientos turísticos generados por las vacaciones de las Fiestas Patrias trasandinas).  

De acuerdo con datos de la Coordinación de Frontera y Gendarmería Nacional, entre el jueves 18 y el viernes 19 (los días de las Fiestas Patrias chilenas) ingresaron por el paso Cristo Redentor menos de 5.000 chilenos. Es una cifra muy inferior a los 15.000 ingresos esperados. En 2024, el fin de semana largo similar, había arrojado un movimiento de 40.000 cruces.

El “efecto billetera”

El principal factor que explica la baja es el llamado “efecto billetera”: la pérdida de atractivo de la Argentina como destino barato para los visitantes extranjeros y, a la vez, la dificultad de los argentinos para destinar recursos a viajes de compras. Es que el turismo de compras argentino también se redujo drásticamente. Según registros fronterizos, de un promedio de 4.000 viajeros diarios en mayo se pasó a unos 2.200 en septiembre, pese a la reapertura del túnel internacional durante 24 horas.

En los centros comerciales del área de Santiago los vendedores en los locales de los malls se preguntan “qué pasó con los argentinos”. A lo largo de los últimos meses, se había reactivado el turismo de compra masiva de indumentaria y tecnología en Chile, algo que había sido común durante parte de la década de los años 2010 y que dejó de existir con las restricciones de acceso a divisas y la inflación galopante de los años postpandemia. Aunque los precios de la ropa y de productos como celulares o computadoras siguen siendo entre 40 % y 50 % más bajos en Chile que en la Argentina, los costos de traslado y alojamiento reducen el beneficio y desalientan a los posibles compradores.

Otro elemento que explica la caída es el auge de las plataformas de e-commerce en la Argentina, en particular de las chinas Shein y Temu, que ofrecen ropa y accesorios importados a precios muy competitivos con entrega puerta a puerta. Esto evita los costos del viaje y erosiona la motivación de los tours de compras.

Algunas cadenas chilenas, como Falabella, buscan adaptarse: permiten a los clientes argentinos comprar online con tarjetas internacionales y retirar la mercadería en tienda física, aunque no existe todavía la opción de un envío directo a Argentina.

La preocupación es igual en Santiago que en Mendoza, donde los hoteles reportaron ocupación inferior al 40 % durante el fin de semana patrio chileno. Las autoridades de ambos países coinciden en que el flujo turístico no desaparecerá, pero reconocen que será más moderado y selectivo. Los visitantes de mayor poder adquisitivo priorizan experiencias gastronómicas y vitivinícolas antes que las compras masivas, mientras que el público medio opta cada vez más por el comercio digital.

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