Alquileres vs. Hoteles: Algo está cambiando
Una empresa que anuncia una caída del 22% en los ingresos de un año a otro generalmente no es algo para celebrar. Pero en un momento en que la pandemia ha devastado la industria de viajes, los primeros resultados de ganancias de Airbnb fueron muy buenas noticias.
Las cifras también pueden verse como una señalde la capacidad de recuperación de la empresa que dio vuelta el concepto del alojamiento, cuando en el 2008, propuso a los consumidores cambiar los hoteles por alquilar departamentos y/o casas ya sea para los negocios o el placer.
Sin duda, Airbnb no ha superado la pandemia. El mercado del alojamiento vio caer sus ingresos en más de un 70% y en 2020 recorto empleos, salarios y presupuestos. Pero en comparación con los hoteles tradicionales, le ha ido mejor durante el año pasado y se está recuperando más rápidamente.
A fin del 2020, el valor en bolsa de Airbnb era de 120.000 millones de dólares más valiosa que Marriott, Hilton, Hyatt e InterContinental juntos.
A medida que llegue la reactivación, será buen momento para analizar las causas que impulsan la popularidad de Airbnb y lo que significa para los viajes.
Se podría haber esperado que la pandemia golpeara a Airbnb más que a la hotelería, ya que por lo general las crisis atraen a los consumidores a marcas conocidas y con estándares que suponen confiables. Pero el año pasado sucedió lo contrario, y llevaron a sectores de público a elegir alternativas a los hoteles. Alquilar la casa de alguien o un apartamento ahorra dinero, lo que es aún más atractivo en tiempos de inseguridad sanitaria e incertidumbre económica.
Antes de la pandemia, los viajes nacionales representaban aproximadamente el 52% del negocio de Airbnb. Ahora representa cerca del 80%, lo que comprueba que los viajes domésticos son el impulsor del crecimiento de la empresa. Con el público alentado a mantener distanciamiento social, prefirió no compartir pasillos o ascensores con otros huéspedes. Esto sin mencionar que los hoteles tienen personal circulando e interactuando con los huéspedes, mientras que un alquiler es completamente autónomo, sin interacción con otras personas, salvo ir a hacer las compras. Los hoteles también perdieron ventajas competitivas cuando debieron cerrar sus servicios, como restaurantes y bares,
Hoy, el consumidor está preocupado por su seguridad y diferentes análisis y encuestas indican que solo alrededor del 32% de los viajeros dice sentirse cómodo alojándose en un hotel y un 20% dicen no sentirse cómodo en un hotel hasta que exista un importante número de personas vacunadas, cosa difícil de predecir.
Los precios más bajos, pronostica que al segmento de alquileres por trabajo se les sumen los de vacaciones. La clave del éxito de esas alternativas será seguir ofreciendo seguridad y limpieza, además de check-in y check-out sin contacto y la tecnología móvil para comunicarse con los huéspedes.
Siempre habrá viajeros que prefieran los hoteles, pero lo que ocurre seguramente inducirá a la hotelería a repensar su relación con el pasajero e introducir cambios en su tradicional operación.
