El turismo y la equidad

Cuando en marzo del 2020, el mundo se detuvo y los países sellaron sus fronteras, era imposible imaginar que surgieran vacunas para fin de año. Nadie en el mundo ni en la actividad, pensó que la demanda de viajeros comenzaría en el 2021 y, en algunos casos, superaría la del 2019.

Mientras el poder de las vacunas se está viendo en diferentes países, donde los viajes comenzaron a mostrar signos de recuperación hace un par de meses, el Covid recrudece. Nadie imaginó que, ya con las vacunas, se repetiría tan pronto como en la India, Tailandia, Turquía o Costa Rica y esto ocurre por los atrasos en la vacunación a nivel mundial, particularmente en países de ingresos bajos a medianos.

La industria del turismo, a nivel global, debe hablar sobre la equidad de las vacunas y asumir un papel más importante para abordar el problema si la industria quiere volver a alguna forma de normalidad. Y por más que a muchos les moleste o no les interese, sin equidad en la vacunación, no habrá recuperación de viajes.

Los científicos advirtieron que para que desaparezca la amenaza de Covid, la distribución y el acceso a la vacuna deben acelerarse debido a la posibilidad de que surjan variantes de Covid más peligrosas e infecciosas.

Más de 100 ex jefes de estado y ganadores del Premio Nobel de la Paz enviaron recientemente una carta al Presidente Biden instándolo a la liberación de los derechos de propiedad intelectual de las vacunas para acelerar la fabricación y el acceso en todo el mundo.

También la ciencia advirtió que es muy posible que una futura mutación se vuelva aún más mortal, por lo que estamos en una carrera para vacunar al mundo, antes de que las mutaciones se conviertan en un problema difícil de resolver.

La desigualdad en las vacunas en todo el mundo es asombrosa: los datos más recientes de la Organización Mundial de la Salud de las Naciones Unidas, muestran que el 82% de las vacunas se destinaron a los países más ricos, mientras que solo el 0,2% se asignó a países de bajos ingresos. Eso significa que en promedio, hay una persona vacunada cada cuatro en las regiones más ricas frente a uno de cada 500 en regiones como América Latina,  el Caribe o África.

Los niveles de vacuna de se encontraban la pasada semana en el 59% en Israel, el 52% en el Reino Unido y el 44% en los EE. UU.  Al mismo tiempo Jamaica tiene el 4,6% y Sudáfrica menos del 1%, según la Universidad de Oxford,

La ONU, calificó esta inequidad global como “no solo un ultraje moral, sino también económica y epidemiológicamente contraproducente“. A medida que la desigualdad de vacunas persiste y se profundiza, la demanda de viajes y las reservas están aumentando de viajeros estadounidenses y europeos vacunados que están listos para ser turistas nuevamente y divertirse en tierras extranjeras donde residen poblaciones no vacunadas.

Si bien es probable que una gran cantidad de viajeros exploren sus patios traseros en los EE. UU. o en Europa, los datos también muestran un aumento en la demanda de vacaciones en México y las islas del Caribe, donde las vacunas están rezagadas en la mayor parte de la región. Es una vulnerabilidad que podría afectar tanto a los vacunados como a los no vacunados, particularmente a la luz de posibles variantes.

Hasta que la propagación comunitaria sea baja en un destino dependiente del turismo, existe un peligro para todos los involucrados.

Pero no se trata solo de la equidad de las vacunas en otros destinos lo que podría retrasar aún más la recuperación de los viajes. Para regiones como América del Norte, el problema de la negativa a vacunarse de algunos sectores de la población, es una amenaza para la salud pública y, por extensión, para la plena recuperación de todas las actividades y el turismo.

Según los datos de los Centros para el Control de Enfermedades  (CDC) sobre personas vacunadas por raza y etnia recibidos de 47 estados, las tasas de vacunación están rezagadas entre las personas de color. De las cifras de vacunación de la primera dosis, casi dos tercios fueron blancos, mientras que solo el 11%  eran hispanos, el 9% eran negros, y porcentajes aún más bajos para los nativos americanos o de Hawái.

Todos coinciden que el 23% de la población en USA, es renuente a vacunarse y como resultado, la recuperación de los EE. UU. podría ralentizarse.

El vértigo de la industria en torno a los signos de recuperación que siguen apareciendo desde marzo de 2021 es comprensible. Pero también es miope, y perjudicial mirar el ombligo, pensar que este es el final de la capacidad de Covid para causar otro golpe masivo a las economías del turismo.

Las industrias del turismo en Grecia y la República Dominicana, por ejemplo, han comenzado a inocular a los trabajadores del turismo. Las Islas Vírgenes de EE. UU. organizaron una fiesta de carnaval presencial solo para vacunados para convencer a los adultos y jóvenes renuentes a vacunarse, a que lo hagan.

En los EE. UU., los expertos ahora dicen que la inmunidad colectiva nunca se alcanzará, si las comunidades vulnerables de color continúan luchando con el acceso a las vacunas o están dudando en vacunarse debido a dudas causadas por un sistema de salud que históricamente no las ha tratado bien .

En el Distrito de Columbia, las personas negras representaban el 69% de las muertes por Covid, pero solo el 36% había recibido vacunas, según los CDC. La población hispana también está rezagada en vacunarse debido al temor que se instaló que podrían ser deportados.

Esto último incluso podría ser parte de la razón por la que la industria de viajes se enfrenta a una escasez de personal. La negativa a vacunarse o la falta de acceso a las vacunas podría traducirse en una renuencia a regresar a los trabajos orientados a los turistas.

La industria del turismo tiene que pensar en los miles de empleados con salarios bajos a moderados que están trabajando en restaurantes, limpiando sábanas, haciendo todo el trabajo duro. Y si no se empieza a pensar en la falta de equidad solo se prolongará la pandemia.

Y no solo por el bien de la recuperación económica y por alcanzar el tráfico pre pandémico, sino por el elemento fundamental que decimos es el núcleo de nuestra industria: la humanidad.