Sentimientos encontrados
Mientras se discute el marco legal, las agencias enfrentan un día a día complicado. Las modificaciones en el impuesto PAIS y los anticipos que regían hasta la semana pasada, sumadas a la fuerte devaluación, prácticamente duplicaron el precio en pesos de algunos pasajes aéreos, y la falta de claridad sobre los procedimientos de cobros en algunos casos directamente obligaron a frenar los pagos.
No se podía esperar algo muy distinto de una serie de medidas que se basaron en devaluación y liberación de precios. Y no es casualidad que, previsores, muchos viajeros hayan adelantado sus compras para antes del 10 de diciembre, con intención de asegurarse sus vacaciones a un dólar previsible.
Ahora, los impuestos y anticipos que representaban un 155 % por encima del precio del pasaje (100 % a cuenta de Ganancias, 25 % de Bienes Personales y 30 % del impuesto PAIS) pasaron a un 60% (30% de Ganancias y 30 % de impuesto PAIS). Pero con un dólar oficial al doble, la ecuación para el viajero sigue siendo desfavorable, y es sabido que la inflación licúa el valor de las percepciones a la hora de la devolución.
Mientras algunas aerolíneas suspendieron la venta de pasajes hasta que se reacomode la situación, otras subieron los precios entre el 50 y el 100 %. Varios agentes manifestaron, en privado, la preocupación por un descenso de las ventas hacia destinos favoritos, como Brasil, durante la temporada de verano.
Además, la suba en los combustibles tendrá repercusiones inmediatas en los servicios de turismo nacional. “No discuto las medidas —dijo un profesional del sector que pidió reserva de su nombre— pero el timing es mortal para los agentes. Es ahora cuando esperábamos recuperar las bajas debidas a la crisis y el arrastre pospandemia”. “Además —agregó— ahora nos preguntamos si habrá cambios en el calendario de feriados, que era algo que al menos nos daba previsibilidad”.
Otros se mostraron más optimistas, confiados en que —como ocurre con cada crisis— al parate inicial de actividades seguirá una nueva toma de confianza, aunque reconocen que las perspectivas, como afirman las propias autoridades nacionales, distan de ser positivas para los próximos meses.
Mientras tanto, los rumores del sector indica que la “ley ómnibus” impulsada por Milei, aunque no se sabe si será tal o un paquete de leyes separadas, incluye varias leyes que conciernen al turismo y una en particular muy discutida: la modificación de la Ley 18.829 de Agentes de Viaje, con la eventual eliminación del Registro de Agentes de Viajes. Menos inquieta parece Yanina Martínez, que heredó la ahora Subsecretaría de Turismo, y parece dispuesta a plegarse al ajuste, como lo hizo saber en los pasillos del ex Ministerio.
Hasta ahora no hay nada firme. Pero las miradas confluyen hacia una eventual registración de las agencias en manos ya no de un Registro nacional, sino de cada provincia. El objetivo es, supuestamente, “dinamizar” y “descentralizar”: pero ¿será ese el resultado?