Chau turismo de compras
En tan solo cinco meses, los viajeros de Brasil o Chile vieron su poder de compra licuarse en los destinos argentinos. Al mismo tiempo los viajes de los argentinos al exterior mantienen la balanza turística en el rojo.
Breve pero intenso, el episodio del turismo de compras marcó el año 2023. Su final fue tan rápido como sus inicios, cuando el Gobierno de Sergio Massa decidió dar una generosa tasa de cambios a los extranjeros. Con el sinceramiento de la economía en curso y un peso más realista que hace unos meses, el turismo de compra o de supermercados ya no es conveniente para los limítrofes. En el caso de los chilenos perdieron un 42 % en su poder de compra en el país. Para los brasileños, la caída es del 38 %, desde el mes de diciembre de 2023. Al mismo tiempo, la capacidad de compra de servicios turísticos para los argentinos en el exterior creció un 57 % (dólar blue) o 20 % (dólar “turista”).
Gracias al empujón del turismo de compras, la Argentina pudo recuperar cantidades de visitantes similares a los de 2019 a partir de marzo de 2023 y figuró así entre los países de mayor dinamismo a nivel continental. Pero se sustentaba únicamente sobre la base de tasas de cambio diferenciales. Por esta razón, el cambio de rumbo económico le puso un freno notable. El nuevo Informe de Coyuntura del Ieral, que analiza el saldo de la balanza turística del país, subraya que a pesar de masivos ingresos de visitantes limítrofes, el turismo fue deficitario el año pasado, como ocurre desde décadas. El documento precisa que “en 2023 los ingresos generados por el turismo receptivo superaron los US$ 5.400 millones y fueron superiores a los de 2019, siendo el segundo mejor registro en dos décadas. Los viajes de residentes al exterior explicaron una salida de US$ 7.200 millones y el saldo, si bien fue negativo para el país, se encuentra entre los déficits más bajos de la década (US$ 1.800 millones)”.
