Viajar sin visa, el impulso turístico entre Argentina y China
La medida de exención de visado para ciudadanos argentinos que visiten China por turismo o negocios por hasta 30 días abre nuevas oportunidades de intercambio bilateral. Alejandra Conconi, directora ejecutiva de la Cámara Argentino China, analiza el impacto de la iniciativa, los desafíos en conectividad aérea y el potencial del turismo chino en la región.
La eliminación del visado para ciudadanos de Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y Perú que viajen a China por hasta 30 días tuvo un fuerte impacto tanto institucional como comercial. En esta entrevista, Alejandra Conconi ofrece una mirada desde la Cámara Argentino China sobre los efectos inmediatos de esta decisión, el comportamiento del turismo y el comercio bilateral, y los obstáculos que aún frenan un mayor intercambio entre ambas regiones.
¿Qué impacto tuvo el anuncio de la exención de visado para viajeros argentinos que quieran ingresar a China?
Tuvo una repercusión muy significativa. Nuestro posteo en LinkedIn sobre el tema fue el más visto en la historia de la Cámara, superando incluso publicaciones con figuras públicas. Generó un fuerte interés y una agenda positiva en torno a China en los medios. Además, hubo una coincidencia regional: la medida también fue muy comentada en cámaras de otros países latinoamericanos, como Uruguay y Chile, donde se observaron fenómenos similares de saturación en los consulados chinos durante las temporadas altas de ferias comerciales.
¿Qué representa esta medida para el turismo y los negocios?
Es una señal política de apertura y madurez en la relación. Muchos argentinos viajan a China para participar en ferias como la de Cantón, donde el número de asistentes argentinos casi se duplicó entre octubre y abril. El turismo chino también tiene gran potencial en la región, especialmente en destinos como Ushuaia (puerta de entrada a la Antártida) e Iguazú. Sin embargo, todavía existen importantes barreras estructurales.
¿Qué expectativas tienen desde la Cámara para lo que viene en relación a esta exención?
Creemos que esta medida de exención de visa es un primer paso, pero no debe quedar aislado. Es clave trabajar en conectividad, en facilitar los trámites y en generar una estrategia regional coordinada para atraer al turismo chino, que es hoy uno de los más dinámicos y rentables del mundo.
¿Cuáles son esas barreras estructurales?
Principalmente la conectividad aérea. No hay vuelos directos entre Argentina y China, y eso obliga a los viajeros a pasar por terceros países, lo que en algunos casos implica tramitar otras visas y encarece los pasajes. Antes de la pandemia, volar a Asia desde Sudamérica costaba entre 1000 y 1600 dólares. Hoy, un pasaje ronda los 2200 o más, dependiendo de la ruta. La conectividad es el gran obstáculo actual para el crecimiento del vínculo turístico.
¿Cuál es el perfil del turista chino que visita América Latina?
Generalmente son personas mayores, con ingresos altos, que viajan en grupos organizados. Muchos de ellos tienen interés en la naturaleza y destinos exóticos. La Antártida, por ejemplo, es muy atractiva, y el 90% de los cruceros parte desde Ushuaia. Otro destino clave es el Amazonas. También hay un componente comercial: muchos combinan viajes de negocios con turismo.
¿Qué desafíos enfrentan los turistas chinos que quieren venir a la Argentina?
Las visas son un problema. La visa abreviada argentina es una de las más costosas del mundo, y el proceso suele ser engorroso. Muchos turistas deben recurrir a gestores privados, lo que encarece aún más el trámite. Además, si no viven en ciudades con consulados, deben trasladarse largas distancias para entrevistas. Es habitual que gasten hasta 1000 dólares solo en trámites migratorios, sin contar el pasaje. Todo esto desincentiva.
¿Se plantearon estrategías para facilitar este flujo turístico?
Sí. Una de las propuestas es crear una visa regional tipo “Mercosur”, similar a la visa Schengen en Europa. También se plantea la posibilidad de exenciones parciales, por ejemplo, para ciudadanos de ciudades chinas clave como Shanghai o Guangzhou, desde donde provienen la mayoría de los turistas e inversores. Hay experiencias exitosas en otros países donde estas medidas generaron un aumento considerable del turismo chino.
¿Qué lugar ocupa China como origen del turismo internacional en la Argentina?
En 2019, antes de la pandemia, vinieron unos 76.000 turistas chinos. De esos, entre 10.000 y 15.000 hicieron cruceros a la Antártida. Es un segmento pequeño pero de alto poder adquisitivo. Desde la reapertura en 2023, están volviendo progresivamente. China es el país cuyo turista gasta más por día en promedio: más de US$ 700, frente a los 450 de un turista europeo.
¿Qué pasa del otro lado: cuántos argentinos viajan a China?
La cifra no está completamente actualizada, pero la tendencia es claramente ascendente. La apertura comercial reciente ha impulsado los viajes por negocios. Muchos empresarios argentinos, especialmente de sectores como maquinaria, electrónica o textiles, van a ferias o visitan proveedores. Los principales destinos son Guangzhou, Shanghai y Beijing.
¿Hay inversiones chinas previstas en el sector turístico y hotelero en la Argentina?
En hotelería no se han registrado grandes inversiones, en parte por las restricciones que China aplica al sector inmobiliario en el exterior desde 2017. Las inversiones chinas en la Argentina se concentran en energía, minería, logística y comercio. Sin embargo, sí hay interés comercial en fortalecer el receptivo turístico, y agencias como China Pass o Dowin Travel juegan un papel clave en este ecosistema.